Las reservas de la ONU de alimentos, agua, suministros médicos y combustible en Egipto, Jordania, Cisjordania e Israel “pueden despacharse en cuestión de horas”, prosiguió, y añadió que el personal “tiene que poder llevar estos suministros a Gaza y a través de ella de forma segura y sin impedimentos”.
Y pidió a Hamás que libere a los rehenes “inmediatamente” y “sin condiciones”.
“Cada uno de estos dos objetivos son válidos en sí mismos. No deben convertirse en moneda de cambio y deben aplicarse porque es lo correcto”, dijo Guterres, quien afirmó que era su deber hacer ambos llamamientos “en este momento dramático, ya que estamos al borde del abismo en Oriente Medio”.
Israel declaró la guerra a Hamás el domingo pasado, un día después de que oleadas de combatientes del grupo islamista atravesaran la frontera fuertemente fortificada y mataran a tiros, puñaladas y fuego a más de 1 mil 400 personas, la mayoría civiles.
Los incesantes bombardeos posteriores han arrasado barrios y dejado al menos 2 mil 670 muertos en la Franja de Gaza, la mayoría palestinos de a pie.
Israel también cortó todos los suministros de agua, electricidad y alimentos al enclave costero densamente poblado, antes de reanudar el suministro de agua al sur el domingo.
El ejército israelí ha pedido a los habitantes del norte de la Franja de Gaza -casi la mitad de sus 2.4 millones de habitantes- que se dirijan al sur para ponerse a salvo, antes de una esperada ofensiva terrestre.
Los grupos humanitarios han advertido de un desastre humanitario en la zona, con cerca de un millón de personas desplazadas y palestinos que se quejan de que se les está acabando el agua.
El ejército israelí dijo el domingo que había confirmado que 155 personas permanecían secuestradas por Hamás desde que el grupo perpetró su mortífero ataque la semana pasada.