Sus explicaciones no calmaron las críticas de la oposición. “Este asunto muestra que el gobierno no ha tomado en serio la corrupción”, replicó el diputado Antonio Trevín, del Partido Socialista (PSOE), principal fuerza de la oposición.
“Dimita ya, España no puede permitirse tener un ministro del Interior bajo sospecha”, lanzó.
El partido de izquierda radical Podemos y los liberales de Ciudadanos, que no están en el Parlamento, ya habían exigido la dimisión del ministro en los últimos días.
“Ya está tardando bastante en dimitir”, insistió este viernes el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, ante los periodistas. Y acusó a Fernández Díaz de mentir: “No puede decir la verdad porque el señor Rato tiene con qué chantajear al gobierno de nuestro país. Un gobierno que es rehén de los corruptos no es un gobierno que pueda hacer frente a la corrupción”, agregó sin más precisiones.
Proceso
Rato, de 66 años, está imputado por estafa, apropiación indebida, delitos contables, falsedad documental y administración desleal en una investigación sobre la entrada en bolsa de Bankia, entidad rescatada con miles de millones de euros de dinero público.
También es objeto desde abril de investigaciones por presunto fraude fiscal y blanqueo de capitales.
La reunión “de cerca de una hora” el 29 de julio entre Fernández Díaz y una persona que se ha convertido en símbolo de la corrupción en el seno del partido conservador en el poder generó polémica tras ser hecha pública por la prensa el sábado pasado.
El exdirector del FMI dispone de un servicio de seguridad en su condición de exvicepresidente del gobierno español y solicitó esta entrevista con el ministro tras conocer que se iba a reducir el número de personalidades protegidas, explicó el ministro.
Rato se mostró preocupado por “las graves amenazas y ofensas que estaban recibiendo tanto él como personas de su círculo más próximo, ante situaciones en las que estaba siendo agredido verbalmente, increpado, así las reiteradísimas amenazas recibidas por otras vías, particularmente las redes sociales”, añadió, aludiendo a “tuits amenazantes”.
“En esta reunión no se trató de la situación judicial” de Rato, aseguró. Díaz aseguró que si lo recibió en su despacho y “no en una cafetería o una gasolinera” fue para que hubiera “total transparencia”.