Manifestantes que impedían la circulación con basura, ramas de árbol y otros obstáculos se enfrentaron con las fuerzas del orden después de que estas intentaran despejar vías públicas en distintos lugares de Caracas y el interior de ese país.
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Ronney Tejera, de 24 años, murió al ser herido por “arma de fuego” en una manifestación en la ciudad de Los Teques, al suroeste de Caracas, en un incidente confirmado por la Fiscalía en el que resultaron heridas tres personas y del que la fuente no ofreció detalles.
El otro fallecido es Andrés Uzcátegui, de 23 años, que murió durante una manifestación en la céntrica ciudad de Valencia, (Carabobo) en la que se registraron, además, 6 heridos, según la Fiscalía, lo que eleva a 98 los decesos en la ola de protestas en el país.
“Hemos vuelto a triunfar, ahora rumbo al domingo 30 de julio, de victoria en victoria, máxima moral”.
El paro es parte de la “fase superior de la lucha cívica” , activada por la oposición después de que el pasado domingo 7.6 millones de ciudadanos rechazaran en una consulta organizado por la oposición la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por Maduro para modificar la Carta Magna.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) , que ha publicado imágenes de calles desiertas con los comercios cerrados en numerosas ciudades, cifró en 85 % el cumplimiento del paro general, que se extenderá hasta las 6.00 (10.00 GMT) del viernes.
Los opositores venezolanos iniciaron este jueves un paro general para exigir al presidente Nicolás Maduro que retire su Asamblea Constituyente, tras casi cuatro meses de protestas con violentos disturbios, bloqueos de calles y una economía a media marcha.
Opositores y grupos pro derechos humanos como Foro Penal Venezolano (FPV) denunciaron la “represión” de la Guardia Nacional (GN, Policía militarizada) y la Policía contra quienes interrumpían el tráfico.
Efe constató enfrentamientos entre manifestantes y agentes en Caracas, donde la Policía y la Guardia intentaron abrir al paso las calzadas lanzando gas lacrimógeno y perdigones contra quienes levantaban barricadas en la vía pública, algunos de los cuales respondieron con piedras, botellas y otros objetos.
Hechos similares se saldaron con la detención de al menos 173 personas en toda Venezuela, según el FPV, que cifra en 76 el número de arrestos en la región occidental de Zulia, seguida por la provincia isleña de Nueva Esparta (43 apresados) en una lista de detenciones en la que aparecen 11 estados de ese país.
Proclama “triunfo”
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se declaró este jueves vencedor frente al paro en su contra convocado por la oposición, al señalar que los sectores clave de la economía se encuentran operativos.
El mandatario aseguró que las industrias básicas y los sectores petrolero, eléctrico y la administración pública están trabajando al 100%, y solo reconoció fallas en el servicio de autobuses urbanos que en todo caso, sostuvo, funciona al 90%.
“Ellos que nunca han trabajado, que se queden sin trabajar, nosotros lo que vamos es palante”, afirmó durante un acto de campaña por la Constituyente transmitido por la televisora gubernamental VTV.
Aunque manifestó que “las calles están en paz”, Maduro denunció que opositores “intentaron asaltar” la sede de la emisora VTV.
Un grupo de manifestantes lanzó piedras contra el canal, desatándose un enfrentamiento con varios de sus trabajadores que luego recibieron apoyo de la militarizada Guardia Nacional.
El paro cívico, de 24 horas, arrancó a las 6 horas locales en el inicio de la llamada “hora cero”, una intensificación de las manifestaciones que dejan un centenar de muertos desde el 1 de abril.
Animada por los 7.6 millones de votos del plebiscito simbólico que realizó el pasado domingo contra Maduro y su Constituyente, la oposición convocó a un cese de actividades formales e informales pero “activo”, por lo que vías de Caracas y otras ciudades amanecieron desoladas y bloqueadas con barricadas.
La escalada echa a andar una cuenta regresiva. Dentro de 10 días, por iniciativa de Maduro, se elegirán 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una controvertida convocatoria que prendió aún más la calle.
“Tengo siete obreros y les voy a pagar el día. No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión”, dijo a la AFP Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.
No obstante, confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, el mandatario asegura que la Constituyente irá contra viento y marea “por la paz y recuperación económica” del país.
“Va, ahora más que nunca” , dijo Maduro el martes, al rechazar amenazas de sanciones económicas del presidente estadounidense, Donald Trump, si avanza la Constituyente.
Un pulso desigual
El paro es apoyado por la cúpula empresarial, cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas. Pero el Gobierno controla la estratégica industria petrolera y el sector público, con casi tres millones de empleados.
“Este paro es un pulso de fuerza financiera entre un empresariado y una población famélica y pauperizada, contra un gobierno también quebrado, pero que controla los pocos recursos de un país petrolero”, opinó Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (UNETE) -una de las principales centrales obreras del país-, sostuvo que muchos empleados “están sometidos a presiones”, pero aún así apoyarían una huelga general.
“Estos días son claves para saber si el Gobierno entiende que una salida pacífica y democrática a la crisis, para los trabajadores, significa retirar la Constituyente”, declaró el dirigente sindical Froilán Barrios.
Los empresarios, a quienes Maduro acusa de una “guerra económica” para derrocarlo, apoyan el paro porque creen que la Constituyente instaurará un modelo económico que empeorará la crisis que sufre el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Afectada por una severa escasez de alimentos y medicinas y una voraz inflación, Venezuela perdió el 70% de sus empresas en la última década, y las que quedan funcionan al 30% de su capacidad, según la patronal Fedecámaras.
70% de los venezolanos rechazan la Constituyente.
“La Asamblea Constituyente no es más que una manera de disfrazar la transformación de Venezuela a un Estado comunista”, aseguró el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal.
Si la tensión se mantiene hasta el último trimestre, el PIB se contraería 9% en 2017 frente a una previsión original de -4.3%, precisó Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Paro pero “activo”
En vísperas del paro hubo bloqueos espontáneos de calles, no convocados por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aumentando el caos sobre todo en Caracas.
“Un cierre que no esté ajustado al procedimiento de ley, acarrea sanciones”, advirtió el ministro de Trabajo, Néstor Ovalles, a las empresas que se sumen al paro.
“La Constituyente no es más que una manera de disfrazar la transformación de Venezuela a un Estado comunista”.
La oposición asegura que el chavismo busca perpetuarse en el poder -tras 18 años de gobierno- a través de una Constituyente que no sólo transformará el Estado sino que regirá al país con facultades absolutas por tiempo indefinido.
Según Datanálisis, 70% de los venezolanos rechazan la Constituyente.
Analistas piensan que medidas como el paro son “necesarias, pero no suficientes” para detenerla. Tendría que exigirlo la Fuerza Armada, sostén de Maduro, según el politólogo Luis Salamanca.
Pero eso no parece probable. Al repudiar las advertencias de Trump, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, prometió que la Fuerza Armada defenderá la elección de la Constituyente.