Además de los muertos, “decenas de millares más han sido objeto de explotación y de abusos cometidos por traficantes de personas. Y se cuentan por millares los que han sido tomados como chivos expiatorios y se han convertido en blanco de políticas xenófobas y de discursos alarmistas”, denunció el jefe de la ONU.
Por ello, consideró “urgente” que el mundo llegue a un nuevo entendimiento “sobre movilidad humana basado en una mejor cooperación entre los países de origen, tránsito y destino, en que se comparta más la responsabilidad y se incorpore el respeto pleno de los derechos humanos de los migrantes, independientemente de su situación jurídica”.
“Debemos ampliar las vías seguras para la migración regularizada, incluida la reunificación familiar, la movilidad de la mano de obra de todos niveles de especialización, mayores posibilidades de reasentamiento y oportunidades de educación para niños y adultos”, señaló Ban en su mensaje.
El diplomático coreano ya había adelantado en los últimos meses su intención de poner en marcha un gran debate sobre estos asuntos a lo largo del 2016, que culminará en septiembre con una cumbre de líderes internacionales antes de la Asamblea General de la ONU.
“En este Día Internacional del Migrante, comprometámonos a dar respuestas coherentes, amplias y basadas en los derechos humanos, guiándonos por la legislación y las normas internacionales y un empeño compartido en no dejar a nadie atrás”, pidió Ban.