Concretamente, debido a El Niño, estos países afrontan problemas de malnutrición, de enfermedades transmitidas por mosquitos como el zika y de contaminación de las aguas, así como un mayor riesgo de enfermedades contagiosas por la falta de saneamiento e higiene a causa de las graves sequías en la región.
El fenómeno meteorológico de El Niño provoca desde fuertes sequías por el aumento de temperaturas y la escasez de precipitaciones hasta devastadoras lluvias e inundaciones.
Para hacer frente a las necesidades generadas por El Niño, la ONU ha lanzado un plan de respuesta humanitaria, que en el caso de Guatemala alcanza los 57 millones de dólares (hasta el momento se han obtenido 13,2 millones) .
Para Honduras se requieren 44.2 millones de dólares, de los que se ha recaudado una financiación equivalente al 25 %, mientras que en el caso de Haití la ayuda requerida alcanza los 105,5 millones de dólares, de los que apenas se han cubierto un 10 %.
“En el caso de Centroamérica, son países que normalmente deberían contar con los medios suficientes para hacer frente a problemas como la malnutrición, pero los efectos de El Niño han hecho que el desastre sea abrumador” , comentó OBrien en una rueda de prensa.
Por otro lado, la ONU insiste en que los problemas derivados de El Niño empeoran la situación existente en los países, como es el caso de Haití, donde todavía se hace frente a las consecuencias del terremoto que tuvo lugar en 2010.
Asimismo, el jefe humanitario de la ONU mostró su preocupación por la situación de Ecuador tras el terremoto, ya que es un país que, junto con Bolivia, Paraguay y Perú, también ha sufrido los efectos de El Niño, aunque en menor medida que los de Centroamérica.
El Niño ha dejado 60 millones de damnificados en todo el mundo, de los que 32 millones se encuentran en el sur de frica y otros 11 millones en Asia y el Pacífico.
Concretamente, el Estado más damnificado es Etiopía, donde casi 7 millones de personas necesitan ayuda urgente debido a que el país sufre la peor sequía en 50 años.
Para Naciones Unidas la mayor preocupación reside en ayudar a los países afectados a contar con las herramientas y métodos necesarios para ser capaces de prevenir y minimizar los efectos de El Niño o de otro eventual desastre natural.
“Podemos predecir la mayoría de las crisis, lo que nos permite invertir en prevención, preparación y reducción de los riesgos de los desastres para reducir o evitar las necesidades humanitarias” , afirmó el administrador adjunto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) , Izumi Nakamitsu.
“Entre 1991 y 2010 de cada 100 dólares destinados a ayuda humanitaria internacional tan sólo se invirtieron 40 céntimos en reducción de desastres. Esto tiene que cambiar” , concluyó Nakamitsu.