A causa de La Niña se podría presentar lluvia por encima del promedio en el norte de América del Sur y Centroamérica, el Caribe, el norte de África y la región del Sahel, así como en partes del suroeste de Asia e Indonesia, Malasia y Filipinas.
El fenómeno La Niña sucede como consecuencia de la disminución de las temperaturas de la superficie de ciertas zonas del océano Pacífico, lo que suele ir acompañado de cambios en los patrones de viento, presión y lluvias. Los expertos aclararon que su duración no se puede pronosticar aún, ya que los ciclos varían en función de la época del año y la interacción con otras condiciones climáticas.
Los meteorólogos prevén que tendrá una intensidad “débil”. Entre 2020 y 2023 se percibió un episodio de La Niña largo.
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La OMM dijo que a pesar de su extensión no fue contrarrestada la tendencia general al aumento de las temperaturas a nivel global como lo demuestra los últimos nueve años que han sido en conjunto los más cálidos desde que se tienen registros.
La secretaria general de la OMM, la argentina Celeste Saulo, recordó que desde junio de 2023 se ha prolongado una racha de temperaturas excepcionales en la superficie terrestre y marina.
Saulo mencionó que aunque se forme La Niña y ejerza un efecto de enfriamiento a corto plazo, ello no modificará la tendencia de temperaturas mundiales como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero que retiene el calor en la atmósfera.
Los expertos prácticamente descartaron el riesgo de la aparición de un nuevo fenómeno de El Niño, que se presentó de forma intensa desde comienzos de 2023 hasta mediados del 2024, convirtiéndose en uno de los cinco de mayor intensidad jamás registrados.