A los ecuatorianos los despertó un temblor de 6,8 grados hacia las 02H57 locales (07H57 GMT) y aún asustados afrontaron otro de 6,7 grados a las 11H47 locales (16H47 GMT), de acuerdo con informes del Instituto Geofísico (IG) de Quito.
Ambos sismos, que generaron varios movimientos menores, tuvieron sus epicentros en la provincia costera de Esmeraldas, en el noroeste y fronteriza con Colombia.
Las dos fuertes réplicas del terremoto de 7,8 grados del 16 de abril pasado se produjeron cerca del balneario de Mompiche, 185 km al oeste de Quito y 60 km al norte de Pedernales, la Zona Cero del potente sismo de hace un mes.
réplicas se han contabilizado en Ecuador desde el devastador terremoto del 16 de abril último que mató a casi 700 personas y dejó daños calculados en US$3 mil millones.
El IG ha registrado desde el terremoto 1.519 réplicas, siendo las más fuertes las de este miércoles.
El segundo sismo volvió a generar alarma en Quito, donde la gente evacuó edificios, casas y entidades públicas como la Cancillería, constataron periodistas de la AFP.
“Yo estaba en la oficina y es (un edificio) de cuatro pisos. Solo tuve fe en Dios, nada más”, dijo a la AFP Mariela Díaz, una empleada pública a quien le sorprendió el movimiento telúrico cuando estaba en el baño.
Muchas personas permanecieron durante una hora en las calles y en parques como en el de La Carolina, en el norte de la capital y cerca de donde se encuentra la oficina de la AFP.
Tras el primer temblor, Correa manifestó que “hay lesionados leves pero básicamente porque salieron corriendo, se tropezaron, cosas así, y también afectaciones menores en infraestructura”.
El ministerio coordinador de Seguridad reportó entonces afectaciones en tres viviendas y que cinco personas sufrieron leves lesiones y otra resultó herida al colapsar una pared.
Los movimientos telúricos se sintieron en varias provincias ecuatorianas, así como en algunos departamentos colombianos, de acuerdo con el Servicio Geológico de Colombia.
Clases suspendidas y sin daños en áreas estratégicas
Correa, quien lideró reuniones del Comité de Operaciones de Emergencias (COE) nacional, señaló hacia el mediodía por Twitter: “Hemos ordenado suspensión de clases en Manabí y Esmeraldas hasta el lunes” y “se suspende también la jornada vespertina de clases (del miércoles) en todo el país, hasta recabar toda la información sobre posibles daños”.
Temprano, el mandatario admitió que se registró un “nuevo susto” con el sismo de 6,8 grados, que al igual que el posterior desencadenó réplicas de hasta 5,4 de magnitud.
Y remarcó: “Lamentablemente pese al susto, a la gravedad, es normal, y se esperan réplicas en los dos meses” posteriores al terremoto del 16 de abril, que arrasó poblaciones principalmente en Manabí, que mantiene en albergues a unas 29.000 personas y dejó unos 700 fallecidos, entre ellos varios colombianos.
“Por fortuna, sismo en Ecuador sin daños graves. Parte de tranquilidad de @MashiRafael (ndlr: cuenta de Twitter de Correa). No hay colombianos afectados”, señaló el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a través de esa red social.
Correa, quien descartó probabilidad de tsunamis, señaló que “sectores estratégicos, represas, hidroeléctricas, refinería, todo está muy bien”.
Ecuador explota petróleo en la selva de la Amazonia, que para ser exportado es transportado por tuberías hasta Esmeraldas, donde también está la mayor refinería. El crudo es el principal producto de venta del país.
“La naturaleza nos está poniendo a prueba”
El presidente llamó al país a mantener la calma a pesar de que la “naturaleza nos está poniendo a prueba” y advirtió que “habrán más réplicas de más de 6 grados”.
“Acá se sintió fuerte. Con mi familia salimos corriendo de la casa”, dijo a la AFP Modesto Guale, quien habita en el barrio Costa Azul del puerto pesquero de Manta (en Manabí), que ya se había visto afectado por el terremoto de hace un mes.
Manabí, Esmeraldas, Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas se quedaron parcialmente sin energía y el servicio se reanudaba progresivamente, según autoridades.
El terremoto de abril es considerado por Correa como la “peor tragedia”, desde que, en 1949, un fuerte movimiento telúrico dejó 6.000 muertos y 100.000 damnificados en el centro del país.
El gobierno estimó en principio en unos 3.000 millones de dólares las pérdidas por el terremoto de hace un mes.