Recordó que el objetivo del grupo es “seguir el islam” y llamó a los miembros de sus filas a “practicarlo y estar preparados para hacer sacrificios”.
Advirtió de que las dudas debilitan a la formación, por lo que llamó a la cooperación entre facciones para evitar caer en la “propaganda”.
“No debemos perder en la fase final los logros obtenidos en los últimos 20 o 35 años”, añadió Mansur, cuyo nombramiento disparó esta semana las conjeturas sobre supuestas diferencias internas entre las diferentes corrientes de los talibanes a la hora de aceptarlo como nuevo líder.
Mansur se refirió en su discurso al proceso de pacificación, pero no dejó clara su postura sobre las negociaciones de paz con el Gobierno afgano, que fueron paralizadas a petición de los talibanes al conocerse la noticia del fallecimiento de Omar.
Los talibanes anunciaron el viernes el nombramiento de Mansur, hasta ahora jefe militar y número dos de la formación, 24 horas después de admitir la muerte de su anterior jefe, el mulá Omar en 2013.
El Gobierno afgano había anunciado el miércoles el deceso de Omar en un hospital de Karachi (sur de Pakistán) en abril de 2013.
Los líderes del grupo insurgente prometieron “lealtad” a Mansur como nuevo Amir-ul Momineen (Príncipe de los Creyentes) y aseguraron que lo escucharán y obedecerán de acuerdo a su cargo.
En octubre de 2001, la invasión estadounidense acabó con su régimen por dar cobijo a Osama Bin Laden, líder de la red Al Qaeda, que atentó contra las Torres Gemelas de Nueva York.