Internacional

Nueva política ofrece permanencia a cónyuges indocumentados en Estados Unidos

La Casa Blanca le ha dado esperanza a medio millón de migrantes ilegales casados con ciudadanos estadounidenses.

Nueva política para migrantes

María Villanueva, con nacionalidad estadounidense, y Gustavo Villeda, migrante ilegal, con su bebé de dos meses. (Foto Prensa Libre: EFE/Octavio Guzmán

Joe Biden, el pasado 17 de junio, anunció que se pondrá en práctica una nueva política que ayudará a migrantes ilegales en Estados Unidos a conseguir la residencia permanente dentro de este país. Esta nueva ley ayudará específicamente a todas las personas que se encuentren en el país de manera irregular y que estén casados con ciudadanos estadounidenses.

María Villanueva y Gustavo Villeda se conocieron en 2019 en una iglesia de Silver Spring, un suburbio al norte de la capital de Estados Unidos, y aunque se enamoraron y empezaron a salir, ella era reticente a casarse con él porque no quería “sufrir” por una realidad que ya le era familiar.

Villeda, nacido en Guatemala, emigró a Estados Unidos en 2004 de forma irregular y es este estatus -que no ha podido ajustar- el que hacía dudar a Villanueva, mexicana con nacionalidad estadounidense, sobre si pasar o no por el altar.

Hoy, no solo viven juntos y contrajeron matrimonio el pasado verano, sino que tienen un hijo en común de dos meses.

“Yo decía que nunca me iba a casar con alguien que no tuviese papeles, por miedo y por la angustia de que pudieran separarnos“, explica entre risas la joven de 32 años en una entrevista con EFE desde el comedor de su casa en la pequeña ciudad de Laurel en Maryland, Estados Unidos.

Su historia

Ella dejó México con apenas 7 años para reunirse con su padre -que ya vivía en Estados Unidos-, mientras que su marido emigró ya de adulto con las expectativas de que el ‘sueño americano’ le permitiera enviar dinero a una hija enferma que dejó en Guatemala.

“No la he visto crecer y no quiero que esto me vuelva a suceder con él”, dijo Villeda ojeando a su hijo, Alfonso Jesús, que duerme a su lado en brazos de la madre. Ambos están sentados en el sofá de la sala, presidida por un conjunto de fotografías de su boda colgadas en la pared y visibles nada más entrar en la pequeña vivienda.

Nueva política para migrantes
Retratos colgados en la pared de la casa de María Villanueva y Gustavo Villeda (Foto Prensa Libre: EFE)

La pareja coincide en que, una vez casados, el gran impedimento para intentar arreglar los papeles de Gustavo ha sido el factor económico. “Sufro de migraña severa, hemos necesitado el dinero para médicos y no lo hemos podido destinar a la solicitud de regularización”, puntualizó María.

Pero ahora la situación de incertidumbre de esta familia puede cambiar, porque Villeda es uno de los más de medio millón de migrantes aptos para acogerse al nuevo programa, anunciado el pasado martes por el Gobierno del presidente Joe Biden, y así regularizar su estatus en el país.

Las medidas benefician principalmente a las personas casadas con ciudadanos estadounidenses -condición que él cumple-, quienes podrán dar el primer paso en el proceso para conseguir permiso de residencia en Estados Unidos.

Gustavo, asimilando aún la nueva oportunidad que se le ha presentado, aseguró que la noticia le ha llegado “por sorpresa” y, aunque no sabe con detalle cómo continúa el proceso, se muestra optimista al tener delante “una esperanza para muchos”.

¿Cómo funciona?

El programa encargado de mantener unidas a muchas familias es denominado Parole in Place, el cual otorgará a quienes ya están en territorio estadounidense protección frente a la deportación y les posibilitará aplicar a un permiso de trabajo.

Con la autorización laboral, que tendrá validez por tres años, los migrantes que entraron al país de forma irregular y están casados con ciudadanos estadounidenses pueden solicitar la residencia y, posteriormente, la ciudadanía.

Para acogerse a esta fórmula, la persona tiene que haberse casado con un ciudadano estadounidense antes del 17 de junio de 2024 y haber vivido en el país al menos 10 años.

Esta nueva política puede ser de ayuda para aproximadamente 500 mil inmigrantes, según indica la Organización de Defensa de la Inmigración, tomando en cuenta que alrededor de 1 millón de ciudadanos ilegales se encuentran casados con ciudadanos estadounidenses. Del mismo modo, se espera que esto ayude también a 50 mil niños que no tendrán que ver a su familia separada.

¿Cómo funcionaba antes?

Dentro de la ley de migración de Estados Unidos, se establece que si un ciudadano se casa con un inmigrante irregular, pero que vive en Estados Unidos, se puede apelar a un procedimiento para que el no ciudadano pueda solicitar la residencia permanente.

Sin embargo, cuando la pareja no ciudadana lleva mucho tiempo dentro del país ilegalmente, el proceso se torna complicado.

Generalmente, los solicitantes deben pedir la residencia desde su país de origen; esperando de tres a 10 años para hacer la petición, dependiendo de la cantidad de tiempo que se vivió en Estados Unidos de manera irregular. Las esperas son largas, incluso si el extranjero solicita una exención, pero esta también supone un plazo de aproximadamente tres años.

El inicio de la esperanza

El programa todavía está siendo formado por el Departamento de Seguridad Nacional, el cual se encuentra elaborando las directrices sobre el funcionamiento de este. No obstante, se tiene pronosticado que entre en vigor a finales del verano, según indicó el presidente.

A meses de que este anuncio comience, la pareja no pasa por alto que el próximo noviembre se van a celebrar unas elecciones presidenciales en el país que lo pueden cambiar todo.

“Nos preocupa que todo esto pueda quedar en nada, que se pueda echar a perder por un cambio de gobierno o por disputas entre ellos”, expresó María interpelando a los presumibles candidatos presidenciales -Joe Biden y Donald Trump-, aunque está convencida de “asumir los riesgos” y de aprovechar estos meses previos a los comicios.

Del mismo modo, tramitar las solicitudes de este programa será la labor de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, agencia que históricamente no ha tenido financiación suficiente para reducir retrasos y tiempos de espera.

Aun con todas las dificultades en mente, los dos coinciden en que existe esperanza y están dispuestos a seguir buscándola.

Más autorizaciones

El plan que se está generando ayudará también a los que se encuentran dentro del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Todos los que sean beneficiaros del programa y que obtuvieron títulos en educación superior puedan obtener una visa de trabajo en un tiempo de manera más rápida.

Del mismo modo, un grupo de legisladores demócratas dentro del congreso ha buscado que los migrantes irregulares llegados al país cuando eran niños y que se hayan graduado de la Universidad sean aptos para recibir visas de trabajo.

“El presidente Biden cree que asegurar la frontera es esencial. También cree en ampliar las vías legales y mantener unidas a las familias, y que los inmigrantes que han estado sen Estados Unidos durante décadas, pagando impuestos y contribuyendo a sus comunidades, son parte del tejido social de nuestro país”, afirmó el comunicado del gobierno estadounidense.

ESCRITO POR:

Ximena Fernández

Periodista, colaboración especial para Prensa Libre.