Pero al finalizar, estallaron fuertes choques entre encapuchados y agentes de las fuerzas especiales, que en gran número resguardaban el centro de Santiago.
Los manifestantes rompieron semáforos y otras piezas del mobiliario público y atacaron con palos y piedras a la policía, que repelió los ataques con abundantes chorros de agua y gas lacrimógeno.
“Siempre apostamos porque las marchas sean pacíficas; hacemos los esfuerzos y vamos a seguir movilizándolos. Uno no disfruta cuando pasan estas cosas, es lamentable; queremos hablar de las demandas que tenemos”, dijo Gabriel Boric, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Los enfrentamientos se extendieron por varias horas y provocaron enormes ataques en todo el centro de Santiago. La policía no entregó inicialmente una cifra de detenidos.
Los estudiantes argumentaron que organizaron la marcha de tarde para facilitar la adhesión de los trabajadores.
“Estamos participando en esta marcha por una educación gratuita y sin lucro. Es necesario que toda la ciudadanía apoye a los jóvenes”, comentó el presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), Raúl de la Puente.