Se dijo que muchas de esas mujeres, como Kushnir, son médicas y operan en condiciones dramáticas, convirtiendo cualquier refugio en un hospital improvisado. “No tengas lástima por mí, soy médica, luchadora, soy ucraniana, cumplo con mi deber”, le dijo la sargento a una amiga por chat pocos días antes de morir.
Kushnir, según esta amiga, quería “sacudir Occidente” para que el resto de Europa reaccionara ante la guerra emprendida por Rusia.
Kushnir, quien enviudó durante el conflicto con Rusia y que tiene un hijo pequeño, pidió en un video que se permita la evacuación de los vecinos de Mariúpol “dando la oportunidad de llevar medicinas” a la población enferma o afectada por las bombas, así como sacar a los heridos de la ciudad y facilitar el entierro de los fallecidos.
“En Mariúpol -decía Kushnar- todavía hay gente, están en los sótanos, están bajo tierra, necesitan de todo.
Ni héroes ni mártires
Sobre las condiciones de este centenar de mujeres voluntarias, la periodista ucraniana Tetyana Danylenko detalló que “no tenían agua, comida, ni la garantía de una higiene básica o de supervivencia”.
Kushnir defendía que “si no quieren salvar a Mariúpol, por favor, que salven a sus ciudadanos. No queremos ser héroes ni mártires”.
De acuerdo con los últimos reportes, la situación en Mariúpol es dramática, ya que es uno de los puntos más castigados por la guerra, y desde el principio los rusos lo han tenido, junto a la capital, en su punto de mira.
Se calcula que unas cien mil personas permanecen allí, escondidos en búnkeres y sabiendo que cada día puede ser el último. El asedio permanece, pero sus vecinos no se rinden.
De hecho, Rusia pidió que se rindieran, como ultimátum final, pero no lo han hecho. Los ataques contra Mariúpol se retomaron, y el presidente Zelenski ha defendido que la caída de la ciudad acabaría por completo con cualquier negociación de paz, tildando de “inhumana” su situación.
“La ciudad ya no existe. Los rusos han decidido arrasar con ella a cualquier precio”, ha dicho el ministro de exteriores ucraniano. Según los datos de su Gobierno, más de 20 mil civiles han fallecido en Mariúpol desde el inicio de la invasión rusa.
Olena Kushnir, a doctor, died in Mariupol.
In early March, she recorded a video asking the world not to make films and write books about this heroic struggle in the future, but better to help civilians to survive today.
She did not receive help from the world.#ArmUkraineNow pic.twitter.com/rR3MTQDKri
— Oleksandra Matviichuk (@avalaina) April 17, 2022