Sedaqat, que como muchos afganos sólo utiliza un nombre, es uno de los muchos niños que ganan dinero como guardias de tráfico voluntarios en el paso de Maipur, en la principal autopista que conecta la capital de ese país con Pakistán.
Abarrotada de autobuses, camiones y autos, la carretera serpentea entre picos escarpados en un país donde las imprudencias y el pobre mantenimiento de las carreteras contribuyen a un elevado número de accidentes mortales.
La principal preocupación de Sedaqat es el humo de los tubos de escape, que hace que le duelan los ojos por la noche.
Él preferiría ir a la escuela, pero como hermano mayor es su responsabilidad mantener a la familia desde que su padre, que fabrica ladrillos, desarrolló dolores crónicos de estómago.
“Cada día advierto a mi hijo sobre los autos que vienen desde Kabul. Los conductores son completamente descuidados y temo por la vida de mi hijo”, dijo su padre, Nader Khan. “Me duele verlo trabajar y preferiría verlo ir a la escuela. Pero lo que gana él ahora es el único ingreso que tenemos en la familia” .
Afganistán prohíbe que los menores de 14 años trabajen y ha ratificado convenciones internacionales contra el trabajo infantil. Pero grupos de derechos señalan que las leyes al respecto no se aplican de forma estricta.
Human Rights Watch ha calculado que un cuarto de los niños afganos menores de 14 años trabaja para ganarse la vida, muchos en industrias peligrosas como la fabricación de ladrillos o la minería.
En una reciente mañana invernal, mientras otros niños iban a la escuela, Sedaqat colocó unas latas de combustible en color negro, rojo y azul en su curva preferida de la autopista y alzó su señal de tráfico de madera.
“Cuando veo a otros chicos yendo a la escuela, me siento triste porque yo también quiero ir a la escuela” , dijo Sedaqat. “Pero sé que soy el único trabajador en mi familia.
Tengo que trabajar para ayudarnos a mí y a mi familia a sobrevivir” .
El pequeño dijo que el gustaría convertirse en un policía de tránsito de verdad, un empleo con el que se ganan unos US$180 al mes. Pero eso requeriría algo de educación.
“Ahora tengo que hacer esto para apoyar a mi familia” , dijo. “Quizá un día me convierta en policía de tráfico de verdad y ayude a mi país” .