La nueva política entrará en vigor el 29 de agosto y, por el momento, se desconoce el número de personas potencialmente afectadas.
Hasta ahora, el Gobierno consideraba que los niños que nacían de padres estadounidenses en el extranjero estaban “residiendo en EE.UU.”, porque sus progenitores trabajaban en bases militares o legaciones diplomáticas del país.
A partir de ahora, los niños no serán considerados ciudadanos estadounidenses de manera automática y sus padres tendrán que iniciar un proceso para que el Ejecutivo se la otorgue, un trámite que deben completar antes de que su hijo cumpla 18 años, dijo el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el USCIS estableció numerosas excepciones a esa nueva regla.
Por ejemplo, los cambios no afectarán a aquellos pequeños, cuyos dos padres tengan la ciudadanía de EE.UU., siempre y cuando al menos uno de los progenitores resida en el país.
Tampoco se verán afectados aquellos niños que cumplan con la siguiente condición: tener padres casados, siendo uno de ellos ciudadano estadounidense y otro nacional de un país extranjero.
Estos cambios se engloban en los esfuerzos del presidente de EE.UU., Donald Trump, por reducir el flujo migratorio que llega al país.
Este mismo mes, la Administración presentó una normativa que permitirá rechazar los permisos de residencia concedidos a los inmigrantes que las autoridades consideren que se han convertido en una “carga pública” para EE.UU.
Con esta nueva norma, el Gobierno de Trump reducirá también la cantidad de inmigrantes legales a los que se les permite ingresar y residir en el país, al facilitar el rechazo de las solicitudes de las “green card” (permiso de residencia permanente) o de algunos visados.
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