Resguardados en varios refugios antiaéreos construidos por miembros del personal médico, los menores soportan las duras condiciones de estar en medio de una situación extrema de conflicto. También persiste la incertidumbre de no saber cuándo terminará.
También hay otro grupo que está pasando por una situación mucho peor, ya que su vida depende de los tratamientos especiales que deben realizarse constantemente para poder sobrevivir: los niños con alguna afección, como los que padecen cáncer.
El Hospital Infantil de Kiev, capital de Ucrania, tiene un refugio subterráneo que alberga más de 200 niños que están padeciendo esta enfermedad, teniendo acceso únicamente a tratamientos de quimioterapia. Varias medicinas y recursos están suspendidos actualmente debido al conflicto armado entre ambas naciones.
Médicos y enfermeras luchan desesperadamente para cuidar a los menores, quienes se encuentran en varias camas de hospital y, en última instancia, en el suelo o varios sillones cubiertos de mantas y almohadas.
La doctora Lesia Lysytsia, quien se encuentra en el refugio de Okhmatdyt, un Hospital de menores ubicado en Kiev, narró para el medio NBC News que “el personal médico está haciendo todo lo posible para salvar la vida de estos niños, pero poco a poco las medicinas, los alimentos y el agua empiezan a escasear”.
Explicó que la situación está siendo muy difícil para lo menores, no solo por su enfermedad, sino por el ambiente que se vive en los refugios. Los disparos, las alarmas antiaéreas y los sonidos de los helicópteros se escuchan diariamente, haciendo que los menores estén en un estado de miedo constante.
“Podremos llegar a calcular la cantidad de soldados que fallecieron en este conflicto, pero no podremos llegar a contar la cantidad de niños que morirán por no recibir su tratamiento a tiempo”, menciona la doctora.
La evacuación de los menores a otros centros hospitalarios no ha sido posible, explica la doctora, debido al nivel de riesgo que conlleva sacar a un menor al exterior para ser llevado a un hospital y que reciba los tratamientos que requiera. También está el problema por la duración del viaje en sí y los medicamentos que los niños necesitan durante su traslado.
Lesia comenta que han hecho pocos viajes a un hospital de Leópilis, ubicado en el oeste de Ucrania, que tiene más medicamentos y equipo, pero solo lo han realizado para aquellos menores que están más enfermos y necesitan tratamiento médico urgente.