La liberación se registró el 5 de septiembre último, como resultado de una negociación entre Estados Unidos y el gobierno de Daniel Ortega.
En una carta abierta, “los nicaragüenses exiliados en distintas partes del mundo y organizaciones de la sociedad civil de Nicaragua”, como se denominaron, expresaron su gratitud al presidente guatemalteco Bernardo Arévalo y al canciller de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, por dar refugio a 135 presos políticos nicaragüenses.
El grupo de exiliados destaca que ese acto expresó la vocación humanista de Guatemala y perfila una Centroamérica unida y democrática. También expresaron su solidaridad por las tentativas de desestabilización gubernamental y respaldan los esfuerzo por la reconstrucción democrática en Guatemala.
Los nicaragüenses en España demandan a la comunidad internacional continuar los esfuerzos para la liberación de todas las personas que aún guardan prisión en Nicaragua, algunos en condición de desaparecidos. Entre los prisiones políticos se encuentran defensores de los derechos de las comunidades indígenas, de la libertad de expresión y pensamiento.
Al presidente Arévalo, el grupo de nicaragüenses le expresó: “tenga la seguridad que nosotros seguiremos trabajando por alcanzar el sueño compartido de todos los centroamericanos por democracia, justicia social, respeto a los derechos humanos y el fin de la corrupción y la impunidad en nuestros países”.
El antiguo comandante de la revolución sandinista Luis Carrión y las exguerrilleras sandinistas disidentes Dora María Téllez y Mónica Baltodano se suscriben a la carta, así como defensores de derechos humanos, catedráticos, periodistas y campesinos.
El 5 de septiembre las autoridades nicaragüenses liberaron a 135 presos políticos, quienes fueron desterradas a Guatemala, tras una negociación con Estados Unidos. Esa fue la segunda excarcelación masiva en los últimos dos años. El gobierno de Nicaragua los priva de su nacionalidad y de sus bienes.
Un total de 452 nicaragüenses han perdido su nacionalidad y sus bienes por decisión del gobierno de Ortega. Muchos de ellos fueron abierto críticos al Gobierno que los acusa de traición a la patria.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril del 2018, que se acentuó tras las elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país, y les privó de su nacionalidad y sus derechos políticos tras acusarlos de “traición a la patria”.