Miles de simpatizantes sandinistas se concentraron en la Avenida de “Bolívar a Chávez”, cerca del antiguo centro de Managua, para participar en un festival dedicado al héroe nacional Augusto C. Sandino, en el 123 aniversario de su natalicio, y que sirvió, además, para expresar su apoyo al presidente Daniel Ortega.
Ese festival, denominado “Canto a Sandino por la Paz”, y al que no acudió Ortega ni su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, estuvo marcado por numerosas canciones en favor de la paz.
“Este acto es una conmemoración por el natalicio de Sandino y al mismo tiempo de apoyo al comandante Daniel Ortega”, dijo Emil Dupon, presente en esa actividad.
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Por contra, miles de personas, convocadas por estudiantes que protestan contra el Gobierno, marcharon de forma pacífica por las calles de Managua, Masaya y León (Pacífico) y otros municipios, demandando justicia y democratización.
En una nueva muestra de fuerza popular, la multitud, provista de banderas de Nicaragua, que se han convertido en símbolo de sus reclamaciones, volvió a pedir justicia por las víctimas de las protestas y la democratización de este país.
Este mismo sábado, en una visita de la CIDH a la ciudad de Masaya, considerada la cuna del sandinismo y uno de los bastiones de este Gobierno con su barrio indígena de Monimbo a la cabeza, hubo una “multitud” que exigía “al unísono” Justicia, pues están desesperados porque sus demandas sean escuchadas.
Una fuente cercana a la comitiva explicó que en Masaya las personas que fueron a rendir testimonio, algunos heridas, están “muy temerosas de represalias” y agregó que muchos ya fueron “amenazados y hostigados”.
Las víctimas también denunciaron que los hospitales públicos les negaron la atención, y aseguraron además que las autoridades perseguían a los que habilitaban puestos de primeros auxilios para ayudar a los damnificados.
Ante ello, el comisionado Joel Hernández, vicepresidente del Comité Jurídico Interamericano, insistió en la falta de confianza en las autoridades.
La delegación de la CIDH, que llegó el jueves a Nicaragua para una visita que se extenderá hasta el lunes; recorrió el viernes en su primer día de trabajo, el Hospital Alemán, el centro que más heridos y muertos recibió desde el inicio de la crisis el 18 de abril.
Ahí los relatores especiales, según las fuentes, constataron que los familiares de las personas asesinadas “firmaron renuncias” para no hacer la autopsia bajo engaño.
Según una carta firmada de puño y letra por una de las madres, renuncian “a la autopsia” porque no tienen “recursos” para cubrir los costes, a pesar de que se trata de un trámite gratuito que presta el Estado.
Por su lado, representantes de la Coalición Universitaria, principales protagonistas de las protestas denunciaron que, sus vidas están en peligro y solicitaron a la CIDH que dicte medidas cautelares.
“Hemos sido amenazados cada uno de los que estamos aquí”, dijo en rueda de prensa Madelaine Caracas Marín, una de las dirigentes de la coalición, quien aseguró que la emisora La Nueva Radio Ya, afín al Gobierno, divulgó a través de una red social fotografías de miembros de esa coalición, con sus datos personales y el nombre de sus padres, “y eso es algo que nos pone en riesgo”.
Nicaragua comenzó el 18 de abril una oleada de protestas a favor y en contra del Gobierno que empezaron por un descontento contra una fallida reforma al seguro social y que continuaron por la violencia de los grupos paramilitares del Estado y la Policía.
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