El último aprendido fue el presidente ejecutivo del Banco de la Producción (Banpro) de Nicaragua, Luis Rivas, detenido horas después de que 26 de los 34 países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) exigieran al presidente Daniel Ortega la liberación “inmediata” de “todos los presos políticos”, entre ellos los aspirantes presidenciales que han sido arrestados en lo que va de este mes.
El gobierno orteguista acusa a Rivas de promover “la injerencia extranjera”.
No obstante, el Ejecutivo sandinista ha enviado esta semana un par de señales en las que aparentemente buscan un acuerdo con Estados Unidos, país que ha impuesto sanciones que han afectado a cerca de 30 empresas, funcionarios y familiares de Ortega, entre estos su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo; cuatro de sus hijos; su consuegro y director de la Policía, Francisco Díaz; el jefe del Ejército, Julio César Avilés, y el titular del Parlamento, Gustavo Porras.
“Si hubiera que buscar una salida a la crisis, sería entre Nicaragua y Estados Unidos”, propuso el periodista italiano Fabrizio Casari, en un artículo difundido por el Gobierno.
“Así pues, si Estados Unidos se preocupa por sus intereses y la protección de sus agentes locales (opositores nicaragüenses), tendrá que renunciar a la promoción del terrorismo y a la desestabilización permanente, aceptando una relación basada en el respeto mutuo”, dijo el periodista en el artículo.
En tanto, William Grigsby Vado, un ideólogo sandinista y director de Radio La Primerísima, aseguró hoy en su programa que los arrestos de opositores forman parte de la “Operación Danto 2” que tiene como fin forzar una negociación con Estados Unidos.
El Gobierno de Ortega no ha confirmado ni negado si busca un acuerdo con EE. UU., aunque en reiteradas ocasiones ha demandado que sean levantadas las sanciones internacionales, a las que califica de “medidas unilaterales, coercitivas e ilegales”.
Esfuerzos multilaterales
El enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte, Ricardo Zúniga, dijo el viernes pasado a un grupo de medios, incluido la Agencia Efe, que EE. UU. está haciendo esfuerzos multilaterales para que el Gobierno de Ortega libere a los líderes opositores, pero también para que garantice elecciones libres y creíbles en noviembre.
Aseguró que están enfocando sus esfuerzos multilaterales a través de la OEA, y que están actuando y utilizado las herramientas que la diplomacia les permite, para lo cual cuentan con el apoyo bipartito del Congreso, que puso en agenda la próxima semana la discusión de la Ley Renacer, que sancionaría al círculo de Ortega.
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, destacó este miércoles el “contundente respaldo” a la resolución aprobada por 26 países en la OEA, y sostuvo que “no existen condiciones” para unas “elecciones justas y libres” en Nicaragua.
Blinken resaltó el “claro mensaje” enviado por la OEA “en apoyo del pueblo de Nicaragua y su lucha por unas elecciones libres y justas y el respeto por los derechos humanos”.