“Queremos demostrarle al dictador (Ortega) que el pueblo llena las calles y vacía las calles cuando quiera, aunque repriman, amenacen y obliguen a los trabajadores estatales a ser serviles de un dictador”, dijo el líder estudiantil Lesther Alemán, en la víspera del paro nacional.
El Gobierno anunció que celebrará el aniversario 39 del “repliegue”, una fiesta sandinista anual que conmemora una táctica guerrillera para derrocar a Somoza, para lo cual ha citado a los trabajadores estatales.
La Comisión y la Acnudh han responsabilizado al Gobierno de Ortega por graves violaciones a los derechos humanos.
La CIDH ha señalado “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, lo que el Gobierno de Nicaragua rechaza.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta de su historia en tiempos de paz, y la más cruda desde la década de los años 1980, también con Ortega siendo presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, iniciaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
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