Netanyahu se entrevistó con los líderes de varios partidos, y tiene “la intención de ponerse a trabajar inmediatamente en la formación del gobierno, para concluir esta tarea en un plazo de dos a tres semanas”, indicó en un comunicado su formación, el derechista Likud.
Se espera que a mediodía visite el simbólico muro de las Lamentaciones en Jerusalén.
Su adversario laborista, Isaac Herzog, reconoció la victoria de Bibi: “He hablado hace algunos minutos con el primer ministro Benjamin Netanyahu. Lo he felicitado por su victoria y le he deseado buena suerte”, dijo a los medios israelíes.
Según los resultados de la comisión electoral tras el recuento casi total de las papeletas, el Likud de Netanyahu había recabado el 23.26% de los votos, frente al 18.73% de la lista de Herzog, Unión Sionista.
Traducido en escaños, según los medios, el Likud tendría 29 de los 120 asientos de la Kneset, el Parlamento israelí, siete más que en los últimos sondeos autorizados al final de la semana pasada, mientras que la Unión Sionista de Herzog se llevaría 24.
La lista única de los partidos árabes ha sido la otra gran sorpresa de estos comicios, ya que ha terminado como tercera fuerza, con 14 escaños.
– “Un gobierno fuerte y estable” –
Durante la campaña, Netanyahu se ha presentado como garante de la seguridad de su país, si bien antes de las elecciones, su discurso alarmista parecía no bastar frente a Herzog y su aliada centrista Tzipi Livni en el terreno de la carestía de vida, el precio de la vivienda y las desigualdades.
Frente a los sondeos desfavorables, Netanyahu se las arregló en los últimos días para recuperar a los desengañados del Likud y ganarse a los indecisos.
El lunes volvía a reafirmar su idea de enterrar la posibilidad de un Estado palestino, y en cuanto se conocieron los primeros resultados, los palestinos advirtieron de que intensificarán sus esfuerzos diplomáticos frente a Israel.
Netanyahu celebró su victoria desde este martes por la noche, cuando los sondeos a pie de urna aún ofrecían dudas sobre el resultado, y prometió ya “construir un gobierno fuerte y estable.”
El presidente Rivlin deberá ahora decidir a quién pedirle que forme gobierno. Una vez que los resultados oficiales sean proclamados, posiblemente este jueves, Rivlin tendrá siete días para decidir. Las negociaciones, intensas, ya han comenzado.
Una de las grandes cuestiones es cuál será la alianza por la que opte Netanyahu.
Éste podría optar por una coalición muy marcada a la derecha, lo que podría complicar aún más las relaciones ya tensas con la comunidad internacional, incluyendo su gran aliado, Estados Unidos. También podría optar por una coalición más de centro, o por un gobierno de unidad nacional con los laboristas.
Netanyahu ya ha contactado con Hogar Judío, partido nacionalista religioso que ha obtenido ocho escaños, y con los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá (7 escaños cada uno), así como con Israel Beitenu, el partido nacionalista del ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman (6 escaños), indicó su partido.
También se ha entrevistado con su otro aliado potencial, Moshé Kahlon, tránsfuga del Likud y líder de un nuevo partido de centroderecha y con vocación social, Kulanu, que se ha llevado 10 escaños.
– Restaurar la relación con EE.UU. –
Tras dejar planear el suspense sobre sus intenciones, Kahlon ha hecho saber que está dispuesto a entrar en un gobierno dirigido por Netanyahu, que el domingo ya le prometió la cartera de Finanzas de resultar elegido.
El próximo primer ministro deberá gestionar las relaciones con Washington, muy degradadas en los últimos meses, enfrentarse a la ofensiva diplomática palestina en la Corte Penal Internacional, y gestionar la cuestión de la seguridad, así como responder a las expectativas económicas y sociales de los israelíes.
Las elecciones, en las que han participado el 71.8% de los electores frente al 67.8% del 2013, eran en gran medida un referéndum sobre Bibi.
Fue el propio Netanyahu el que precipitó estos comicios anticipados, convocados dos años antes de lo previsto, después de romper a finales del 2014 una coalición gubernamental a su gusto demasiado indisciplinada.