Durante la vista para dictar sentencia, el juez resaltó en varias ocasiones la “magnitud” del caso y llegó a decir que el proceso penal contra Beltrán Leyva es el “caso de mayor escala” que ha evaluado la Corte del Distrito de Columbia, en Washington, en los últimos 15 años o “incluso antes”.
Beltrán Leyva recibió la sentencia frente al juez, de pie, al lado de su abogado y después de haber ofrecido un testimonio de varios minutos en el que admitió haber traficado con drogas.
Se defiende
No obstante, el acusado defendió que su papel en el cartel de los Beltrán Leyva se limitaba a ayudar a vender droga en la ciudad de Culiacán, estado de Sinaloa, noroeste de México, a su hermano Arturo Beltrán Leyva, fallecido en diciembre de 2009 y que, según él, era el verdadero líder del cartel.
“Acepto la responsabilidad de mi ofensa que fue trabajar para mi hermano Arturo y vender droga en Culiacán”, dijo Beltrán Leyva, de 46 años y vestido con un traje marrón de una pieza.
Imputación
La pena impuesta a Beltrán Leyva concuerda con la petición de cadena perpetua de la Fiscalía, que, sin embargo, pidió una multa de US$10 mil millones, un monto muy superior a los US$529 millones impuestos por el juez.
Por su parte, el abogado de la defensa, Eduardo Balarezo, reiteró su petición de una pena de 25 años de prisión y exigió al juez que tuviera en cuenta la buena voluntad de su cliente, que se declaró culpable en febrero de 2016 del cargo de tráfico de cocaína y metanfetaminas, uno de los seis delitos que se le imputaron.
A la salida de la audiencia, Balarezo aseguró que recurrirá la sentencia, acción para la que disponen de un plazo de 14 días.
El proceso ha alcanzado una notable importancia porque la Fiscalía ha detallado en varias ocasiones la alianza que unió en la década de 1990 a los Beltrán Leyva y al cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín “el Chapo” Guzmán, extraditado a EE. UU. en enero y encarcelado en Nueva York a la espera de juicio.
Por AFP
Cartel dividido
La detención en enero de 2008 de Alfredo Beltrán Leyva produjo la ruptura entre el clan familiar y el cártel de Sinaloa, encabezado por “el Chapo” e Ismael “Mayo” Zambada, a quienes los Beltrán Leyva acusaron de traición por supuestamente haber entregado a Alfredo.
El resultado de la ruptura entre las dos bandas criminales fue una violenta guerra entre ellas y el asesinato de miles de mexicanos, incluyendo políticos y numerosos policías.