Entérese: La comparación que hizo Trump sobre los inmigrantes
“Por una vez, los demócratas podrían aportar una solución a la separación forzada de las familias en la frontera trabajando con los republicanos para una nueva ley”, dijo el sábado en Twitter.
La Casa Blanca reivindica abiertamente esta política, sin negar su aspecto polémico.
“La gente no quiere ver a los bebés arrancados de las manos de sus madres”, dijo el domingo al canal NBC Kellyanne Conway, cercana asesora de Trump.
Los demócratas no han escondido su indignación, pero tampoco algunos republicanos.
“Ellos lo llaman 'tolerancia cero' pero un mejor nombre es humanidad cero, y también hay cero lógica en esta política”, dijo el senador Jeff Merkley (Oregon), quien lideró a un grupo de legisladores demócratas que visitaron estos días la frontera.
Tras ir a un supermercado transformado para la ocasión en centro de acogida para 1 mil 500 niños de migrantes, Merkley afirmó que “herir a los niños para obtener beneficios legislativos es inaceptable. Es diabólico”.
-“Instrumento de negociación”
El expresidente demócrata Bill Clinton también tuiteó sobre el tema, que tomó fuerza durante el fin de semana del día del padre en Estados Unidos: “Estos niños no deben ser un instrumento de negociación”.
La legisladora Sheila Jackson-Lee acusó en tanto a Trump de “no decir la verdad” cuando asegura que solo sigue las leyes vigentes. “No hay ninguna ley, no hay ninguna política que le permita apartar a los niños de sus familias”, dijo, denunciando “un abuso masivo de menores”.
La senadora republicana Susan Collins también tildó la medida de “traumatizante para los niños que son víctimas inocentes”. Además, “es contraria a nuestros valores como país”, dijo.
La exprimera dama Laura Bush criticó de forma igualmente abierta lo que se está haciendo. “Vivo en un estado fronterizo. Entiendo la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel. Es inmoral y rompe mi corazón”, aseguró en un editorial del Washington Post.
El número de las separaciones se ha acelerado desde comienzos de mayo, cuando el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció que todos los migrantes que crucen ilegalmente desde México serían arrestados, acompañados de menores o no. Como los niños no pueden ser enviados a los centros donde son detenidos los padres, son separados.
La Academia Estadounidense de Pediatría advirtió que las mismas causan “daños irreparables” a los niños. Ya el mes pasado, un solicitante de asilo hondureño se suicidó en un centro de detención tras ser separado de su esposa y su hijo de tres años por las autoridades estadounidenses, según un reporte del Washington Post.
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Divididos, los republicanos parece que finalmente presentarán la próxima semana dos propuestas de ley: una para satisfacer al ala dura y otra que busca reconciliar a moderados y conservadores pero que incluye las demandas de Trump, especialmente la de disponer de US$25 mil millones para construir un muro en la frontera mexicana.
Ese texto debería tener un apartado donde se deje claro que “los menores que acompañan a sus padres detenidos en la frontera no deben ser separados de éstos”, según una fuente republicana.
“EE.UU. no se convertirá en campo de inmigrantes”
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que su país no se convertirá en “un campo de inmigrantes”, al compararlo “con lo que está sucediendo en Europa”, e insistió en que un país necesita fronteras fuertes.
“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense defendía así su política migratoria de mano dura ante la polémica desatada por la separación de menores de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera.
Trump insistió una vez más en “un país sin frontera no es un país para nada”.
Las autoridades confirmaron la semana pasada que separaron de sus familias a cerca de 2 mil menores inmigrantes en la frontera con México en un plazo de seis semanas en el marco de la política de “tolerancia cero” en la frontera y contra la inmigración ilegal, impulsada por Trump.
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