Se trata de la primera marcha convocada en Barcelona por Sociedad Civil Catalana (SCC), una plataforma ciudadana fundada en 2014 contra el independentismo.
“No quiero la independencia, soy española, nací en Burgos y me vine a Barcelona en búsqueda de trabajo hace treinta años”, dijo a la AFP Gloria Chicote, una enfermera de 60 años.
Los manifestantes, entre cánticos y banderas de España y de Cataluña, instaron a las autoridades catalanas, al gobierno y a los partidos independentistas, a poner fin a su “deriva nacionalista”.
El antiguo dirigente regional independentista Artur Mas y su sucesor Carles Puigdemont “han envenenado nuestra sociedad”, aseguraba así a la AFP Manuel López, un jubilado, convencido de que un verdadero “golpe de Estado” está en preparación en Cataluña.
Puigdemont prometió la secesión si gana un referéndum sobre la independencia, que tiene previsto organizar en septiembre como muy tarde.
Los independentistas, mayoritarios desde 2015 en el parlamento regional, reclaman desde 2012 en Madrid la posibilidad de organizar este referéndum. La ausencia de diálogo, junto a la crisis económica, ha reforzado su grupo, que acusa a Madrid de limitar su libertad de expresión.
Entre los manifestantes se encontraban también representantes del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, que intenta una “operación de diálogo” para impedir el creciente alejamiento de una parte de los catalanes, divididos casi a partes iguales entre independentistas y partidarios de permanecer en España.
“La batalla no está completamente perdida”, declaró a la AFP el presidente de la SCC, Mariano Goma Otero. “Es reversible, pero Madrid tiene que estar mucho más presente en Cataluña”, declaró en referencia a las inversiones en infraestructuras, en particular ferroviarias, y a alimentar más la cultura y la lengua catalanas.
Marina Ferré, una manifestante de 18 años, se quejaba de la propaganda que reina en el ambiente, asegurando vivir también la presión de sus compañeros independentistas. “Estoy en contra del adoctrinamiento que recibo desde muy pequeña en el colegio, para meterme en la cabeza la idea de la independencia”, aseguraba. “Mis compañeros son todos independentistas y me llaman fascista y nazi por tener mis ideas”, declaró a la AFP.