La multa se debe a que la autoridad medioambiental considera que las campanas de la iglesia hacen demasiado ruido y alteran la tranquilidad del municipio, de apenas cuatro mil habitantes.
Según Gianotto, la sanción es consecuencia de la denuncia de un vecino que alertó del sonido “demasiado ruidoso” de las campanas.
Supera límites acústicos
Funcionarios del organismo medioambiental midieron desde la casa del vecino durante algunos días el toque de las campanas y determinaron que, aunque por poco, superaba los límites acústicos permitidos.
El párroco, sorprendido, explicó que “las campanas son las mismas desde hace mucho tiempo y que no se han realizado cambios recientes en el sistema de difusión del sonido”.
“Probablemente se trata de un ciudadano recién llegado al pueblo. Para atajar el problema y no arriesgarnos a otras multas he limitado el duración del toque, en vez de continuar con la tradición secular de mantenerlo durante minutos”, dijo.
Sobre el pago de la sanción, el sacerdote no se da por vencido y ha asegurado que presentará un recurso.
Para ello ha contratado a un abogado gracias a las aportaciones de algunos vecinos, que se han solidarizado con la causa.