Oueslati reveló que el agresor, que primero usó un arma blanca para arrebatarle el fusil a uno de sus colegas, sufría problemas psicológicos y familiares desde hacía tiempo y actuó solo, aunque precisó que el suceso está aún bajo investigación.
Los disparos pusieron enseguida en alerta a la Policía, que cerró el acceso al área ante la posibilidad de que se tratara de un ataque yihadista, en un barrio que se encuentra a un centenar de metros del museo del Bardo, atacado por terroristas hace dos meses, y de la sede del Parlamento.
Aquel atentado, asumido por el grupo yihadista tunecino “Oqba bin Nafaa” -vinculado con la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)- segó la vida de 24 personas, en su mayoría turistas extranjeros.