Las fugas de combustible y los accidentes de camiones cisterna a menudo atraen a grandes multitudes deseosas de recuperar un poco de carburante, lo que acaba resultando en numerosas muertes.
Además, Sudán del Sur vive una crisis económica agravada por más de 21 meses de guerra civil, que ha causado una inflación galopante y el aumento del precio de los productos básicos, incluyendo la comida y el carburante.
La violencia ha dejado decenas de miles de muertos y ha empobrecido al país, dividido por conflictos étnicos.