Esta operación para recuperar Al Qayara, que les fue arrebatada a finales de agosto, fue denominada por los extremistas “Invasiones de la muerte”.
Suicidas al volante de carros bomba atacaron las unidades de las Divisiones 71 y 91 del Ejército y los batallones de emergencia de la Policía de Nínive en las aldeas de Zaizia, Al Shibani y Al Houd, situadas al sur y al este de Al Qayara.
La tropa iraquí logró destruir cinco de esos vehículos antes de que detonaran en su objetivo, mientras que otros fueron bombardeados por los aviones de guerra iraquíes y de la coalición internacional.
Sabri consideró que esta ofensiva es “un intento desesperado” por parte del EI, después de haber perdido terreno en la zona y en especial Al Qayara, que era “su primera línea defensiva” antes de Mosul, capital de Nínive y bastión de los yihadistas.
Al Qayara, que estuvo más de dos años en manos del EI, hasta el 25 de agosto recién pasado, es estratégica por ser la puerta a Mosul y por ser una zona rica en petróleo, de cuya explotación y venta los extremistas obtenían financiación.