Los fallecidos, entre los que figuran muchos niños, eran familias enteras que volvían de una boda que se celebraba a unos 90 kilómetros al norte de Antananarivo, la capital.
De momento se desconocen los motivos de este trágico accidente, uno de los más graves ocurridos en Madagascar, donde los camiones dedicados al transporte de pasajeros son muy comunes.
Debido a la gravedad del accidente, el presidente del país, Héry Rajaonarimampianina, envió a una delegación gubernamental encabezada por su primer ministro, Olivier Solonandrasana, quien ha anunciado que el Gobierno se hará cargo del funeral de los fallecidos.