El agresor iba a pie y detonó su chaleco explosivo entre la multitud de la mezquita de Baqir-ur Ulom, dijo Faredon Obiadi, responsable del departamento de investigación criminal en la policía de Kabul.
El ataque tuvo lugar en la primera planta del edificio de dos pisos, donde se habían reunido fieldes chiíes para conmemorar la muerte del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma y un importante mártir de la tradición chií, que falleció en Karbala, Irak, en el año 680 después de Cristo.
“Yo estaba dentro de la mezquita y el mulá estaba leyendo la plegaria, de pronto hubo una enorme explosión y todo se quedó oscuro”, dijo Ewaz Ali, de 50 años y que sufrió lesiones leves.
Nadie reclamó la autoría del ataque en un primer momento, pero milicias fundamentalistas suníes como los talibanes y el grupo Estado Islámico ven a los chiíes como apóstatas y suelen atacar mezquitas y actos públicos chiíes.
El ataque del lunes golpeó una ceremonia para marcar los 40 días desde el aniversario de la muerte de Hussein. A principios de octubre murieron 14 personas en un ataque contra otro santuario chií en Kabul durante los actos por el aniversario de la muerte.
Ataques sectarios
Los atentados de carácter sectario son habituales en Afganistán, donde la minoría chií, especialmente los hazaras, han sido blanco habitual de los talibanes, aunque últimamente este tipo de ataques han sido reivindicados por el Estado Islámico en ese país asiático.
Los chiíes suponen en torno al 15% de los 30 millones de habitantes de Afganistán. Sus celebraciones públicas estuvieron prohibidas en gran parte durante los cinco años de control talibán en ese país.
Sin embargo, los chiíes afganos viven su religión de forma más pública desde que los extremistas fueron derrocados en la invasión estadounidense del 2001.
En julio, un ataque suicida contra un grupo de hazaras en Kabul causó más de 80 muertos y de 300 heridos cuando participaban en una manifestación.
Afganistán vive un recrudecimiento de su conflicto interno tras la retirada el 1 de enero del 2015 de la misión militar de la Otán en ese país, que ha sido sustituida por otra de apoyo y capacitación que cuenta con alrededor de 13 mil efectivos.