“El ataque mató a 24 personas e hirió a otras 91, algunas gravemente”, declaró a la AFP un portavoz del Ministerio de Salud, Waheed Majroh.
Este balance, que actualiza otro precedente que cifraba en 9 los muertos y 30 los heridos, podría aún aumentar, advirtió el responsable.
Un portavoz talibán, Zabihulá Mujahid, indicó en la red Twitter que el Ministerio de Defensa era el objetivo del primer atentado y la policía del segundo.
Los dos kamikazes, que se desplazaban a pie, activaron sus cinturones explosivos con algunos minutos de intervalo, probablemente buscando provocar la mayor cantidad de víctimas entre los funcionarios que abandonaban el ministerio para regresar a sus hogares.
El ataque se produjo en una calle muy concurrida en la que habitualmente se instalan vendedores, cerca del ministerio y de la sede de la Policía, por lo que se teme que muchos de los muertos y heridos en la primera explosión fueron civiles.
Zabiulá Mujahid, portavoz talibán reivindicó el ataque y señaló en su cuenta en Twitter que “en Kabul, enfrente del ministerio, primero hubo una explosión y después un ataque suicida” .
“Varios funcionarios importantes y soldados murieron y resultaron heridos”, manifestó, aunque los insurgentes suelen exagerar el alcance de sus acciones.
Este es el cuarto atentado de grandes proporciones que golpea a la capital afgana en los últimos seis meses.
Hace menos de dos semanas, el asalto de un grupo de talibanes a la Universidad Americana de Kabul se saldó con 17 muertos y 40 heridos, y en julio, un ataque de miembros del grupo terrorista Estado Islámico contra manifestantes de la minoría chií hazara acabó con la vida de 80 personas y dejó más de 200 heridos.
En abril, un atentado con bombas contra una zona de aparcamientos cerca de la sede de la inteligencia afgana mató a 64 personas y dejó 350 heridos.