Poco después, otro terrorista suicida causó heridas a al menos 25 personas al detonar una bomba escondida en su automóvil frente a otro restaurante en la ciudad.
Entretanto, la milicia terrorista Al Shabaab se atribuyó los dos atentados.
El periodista somalí Mohamed Husni dijo que en un hospital cercano había contabilizado 13 muertos provenientes de los dos restaurantes. Entre las víctimas había soldados y oficiales, agregó.
Unas horas antes, el Gobierno había anunciado medidas más drásticas contra los islamistas. “Los combatiremos en el frente de batalla”, dijo el ministro de Seguridad somalí, Abdirisak Omar Mohamed.
Mohamed dijo que a partir de ahora el servicio secreto iba a trabajar más estrechamente con fuezas regionales y nacionales. Al mismo tiempo, instó al Parlamento a promulgar una ley de lucha contra el terrorismo y para que amplíe las atribuciones de las fuerzas de seguridad.
La noche del viernes recién pasado un ataque contra un hotel frecuentado por diplomáticos y hombres de negocio en la capital de Somalia dejó un saldo de 22 muertos y más de 30 heridos.
Los ataques contra establecimientos civiles tienen como objetivo dañar la imagen del Gobierno y aumentar las críticas de la población local, que ven como las fuerzas de seguridad son incapaces de acabar con el grupo islamista.
A principios del 2015 Baidoa fue el objetivo de una serie de atentados de Al Shabab, en los que decenas de personas murieron en diversos ataques a la sede del Gobierno local, una base militar y varios establecimientos.
Al Shabaab lleva años sembrando el terror en Somalia y en países vecinos como Kenia. Aunque las tropas del gobierno somalí y soldados de la Unión Africana (UA) expulsaron en el 2011 a la milicia fundamentalista sunita de Mogadiscio, Al Shabaab mantiene el control sobre amplias regiones del centro y sur de Somalia.
