Parece que el Estado Islámico (EI) sigue sin ser una prioridad para los actores implicados. Rusia considera todos los frentes terroristas, mezclando guerra con política. La realidad es que Alepo está fragmentada y controlada por una amalgama de grupos armados.
Desde el Frente Al Nusra, filial de Al Qaida que ha sido excluida de las conversaciones, hasta Ahrar al-Sham, una facción islamista con representación en Ginebra rechazada por Rusia, además del secular Ejército Libre Sirio, aliado moderado para Occidente.
Bambas de barril matan a 16 civiles
Al menos 16 personas murieron el sábado y varias más resultaron heridas por el lanzamiento de dos barriles cargados de explosivos por helicópteros del régimen sirio contra un funeral, en el barrio de Bab al Nairab en la ciudad de Alepo.
Según un comunicado de la oenegé Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el numero de muertos podría aumentar, debido a que hay heridos en estado grave y personas desaparecidas.
La oenegé añadió que, en el momento del ataque, las víctimas estaban presentando sus condolencias a las familias de 15 personas que fallecieron el jueves recién pasado en otra acción de la aviación siria con cohetes y barriles explosivos en el sur de la localidad.
Agregó que, después de lanzarse un primer barril, se tiró un segundo cuando la gente estaba huyendo de la zona y mientras tenía lugar la operación de rescate de los heridos.
El 25 de agosto recién pasado, al menos 15 personas, entre ellos niños y mujeres, perecieron en bombardeos con barriles explosivos sobre dicho barrio, en manos de los rebeldes, de acuerdo con la oenegé.
El Ejército del presidente sirio, Bachar al Asad, suele emplear este tipo de armamento mortífero y poco preciso sobre zonas pobladas por civiles.
Los bombardeos, sumados a los que lleva sufriendo la ciudad en los últimos años, han destrozado la infraestructura de la zona oriental de Alepo, sus hospitales, mercados y fábricas de pan.
Frente a esta situación caótica, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, solicitóel sábado a las partes enfrentadas en la batalla por la ciudad siria de Alepo que mañana hagan pública su posición respecto a la posibilidad de establecer una tregua de 48 horas en esa localidad para poder distribuir ayuda humanitaria.
La ONU quiere una pausa de dos días cada semana para poder distribuir comida, agua y otros materiales de primera necesidad a los casi dos millones de personas que viven en Alepo, controlada al este por los grupos opositores y al oeste por las fuerzas gubernamentales.
Rusia, que apoya política y militarmente al régimen de Bachar al Asad, ha aceptado la tregua, pero la ONU aún está a la espera de la respuesta de los bandos rivales.
Asimismo, Naciones Unidas pretende usar esa tregua para reparar el sistema eléctrico de la ciudad y volver a permitir el bombeo de agua potable antes que se declare un brote de alguna enfermedad infecciosa.
La situación humanitaria está al borde del colapso en la ciudad siria de Alepo por la encarnizada lucha entre fuerzas gubernamentales y opositoras, que en su estrategia de cercar zonas controladas por sus rivales asfixian a la población civil.
Las áreas más afectadas son los barrios orientales de la urbe, en manos de la oposición, que siguen prácticamente cercados ya que los combates y los bombardeos impiden usar con regularidad el corredor abierto recientemente en el sur.
Los civiles de esa zona sufren una gran escasez de alimentos y medicamentos, así como cortes de luz y agua, que en el último mes se han agravado, según activistas de Alepo y organizaciones humanitarias.
“Lo que hace ahora la situación más dramática es el sitio, que provoca una falta de acceso de la población a servicios básicos”, dijo el jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el norte de Siria, Carlos Francisco.
En una conversación telefónica desde el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria, Francisco explicó que los envíos de alimentos y medicinas a esas zonas han sido “muy escasos” y que en los últimos días ha entrado algún cargamento humanitario, pero “con cuentagotas”.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó en un vídeo de que está repartiendo, en colaboración con la Media Luna Roja Siria, 50 mil comidas diarias y 11 mil paquetes de pan, y que ha asegurado agua potable para 70.000 personas.
Esto sin embargo no es suficiente ni llega a todas las zonas de Alepo, denunció el CICR, cuyo presidente, Peter Maurer, calificó hace dos días la situación en Alepo como “uno de los conflictos urbanos más devastadores de los tiempos modernos”.
Los ocho hospitales que funcionan en los barrios orientales, a seis de los cuales presta apoyo MSF, sufren “una falta de suministros y una sobrecarga de pacientes”, agregó el responsable de MSF.
“El cerco tiene un impacto en los enfermos críticos que no pueden ser tratados dentro de la ciudad ni evacuados”, lamentó Francisco, el cual señaló que en la actualidad solo hay unos 40 médicos para una población de 250.000 personas.
Voluntarios en tareas de rescate de la Defensa Civil siria resaltaron que los hospitales son escasos, teniendo además en cuenta la gran cantidad de heridos causados por los bombardeos.
“La situación humanitaria en la parte oriental de Alepo es todavía mala, especialmente después de los ataques de ayer a la única vía de abastecimiento”, explicó por internet un miembro de la Defensa Civil, refiriéndose al corredor abierto por los rebeldes.
Se ha agravado también, según esta fuente, por la intensificación de los bombardeos aéreos, el lanzamiento de barriles explosivos y los ataques con artillería por parte de las tropas gubernamentales.