Patrulleros griegos y dos barcos de la Agencia europea de vigilancia de las fronteras (Frontex) buscan a los 11 migrantes desaparecidos.
Según el testimonio de uno de los sobrevivientes, que llegó a nado a la costa de Kokari, en Samos, y avisó a las autoridades, había 45 personas a bordo de este barco de madera que se hundió frente a Samos, una isla del mar Egeo cercana a Turquía y puerta de entrada de cientos de miles de migrantes en Europa desde el año pasado.
En los últimos días ha habido varios dramas de este tipo en la zona. El miércoles un naufragio en la isla de Kos, también en el Egeo, causó siete muertos, entre ellos dos niños, y el viernes pasado otros 45 migrantes corrieron la misa suerte.
Pese al invierno y a las restricciones impuestas por algunos países europeos, que restablecieron los controles en sus fronteras, las llegadas de migrantes continuaron en enero.
En lo que va de año llegaron 46 mil 240 migrantes por el Mediterráneo, 44 mil 40 de ellos por Grecia y dos mil 200 por Italia, asegura el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) . Alrededor del 84% son refugiados, es decir, ciudadanos de países con zonas en conflicto.
200 personas murieron en la travesía o están dadas por desaparecidas, según la misma fuente.
Bajo presión de la UE, Grecia trata de contener el flujo migratorio desde el año pasado.
Sin embargo, un informe de la Comisión Europea publicado el miércoles afirma que “Grecia desatendió seriamente sus obligaciones” en el control de las fronteras y le impone medidas draconianas.
Si no las aplica Bruselas se planteará restablecer dos años los controles en las fronteras nacionales de los países del espacio Schengen de libre circulación.