Obama fue la figura más representada, por causa de la orden ejecutiva que dictó el pasado 9 de marzo, en la que se considera a la situación política de este país caribeño una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de Estados Unidos.
“Se quema a un traidor y en este caso decidimos quemar a Obama por el infame decreto contra nuestra soberanía y nuestra libertad”, declaró Gladys Bolívar, ama de casa de 63 años.
Al presidente estadounidense, a cuyo muñeco en algunas ocasiones le hicieron vestir un sombrero de Tío Sam, lo lanzaron a la hoguera en las favelas 23 de Enero, El Valle y Catia, ubicadas en el oeste de la capital.
En Petare, segunda favela más grande de Latinoamérica, Obama fue quemado junto con el opositor Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda (centro) y ex candidato presidencial.
En la Plaza Francia de Altamira, sector acomodado del este de Caracas que fue foco de violencia en las protestas antigubernamentales que dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de 2014, ardió en cambio el muñeco de Nicolás Maduro, que fue rellenado con fuegos artificiales para más teatralidad.
También fue quemado un maniquí con la cabeza de Diosdado Cabello, presidente de la asamblea nacional y considerado el número dos del chavismo.
“Mientras ellos (los oficialistas) están recogiendo firmas, nosotros estamos quemando a Maduro, que es el traidor de Venezuela”, afirmó la estudiante universitaria Yetsibel Torrealba.
Opositores al gobierno también quemaron figuras de Nicolás Maduro y otros chavistas. (Foto Prensa Libre: AFP).
Desde marzo, el gobierno venezolano inició lo que califica de campaña “antiimperialista”, que incluye entre otras cosas, el llamado de Maduro a recoger 10 millones de firmas como meta — para “exigir” que la Casa Blanca no califique a Venezuela como amenaza.
Se espera la presencia de Obama y Maduro en la Cumbre de las Américas que se realizará en Panamá el 10 y 11 de abril.