“Prácticamente en el 68% de los casos son detenidos en los mismos espacios y bajo las mismas condiciones que los adultos”, aseguró en conferencia Luis Raúl González, presidente de la comisión.
Durante la presentación de un informe sobre los menores migrantes no acompañados, el funcionario lamentó que sean “detenidos en estaciones migratorias, sin que sean ubicados de manera inmediata en centros de atención o acogida, en donde conforme a estándares internacionales reciban la asistencia y protección que requieren”.
Para la comisión, el número de niños detenidos resulta “preocupante”, pues del 2014 al 2015 prácticamente se duplicó la cifra, al pasar de 10 mil 943 a 20 mil 368.
“Y la tendencia de aumento continúa, pues tan sólo en los primeros siete meses del 2016 prácticamente se habrían alcanzado los niveles del 2014, al registrarse 9 mil 326 detenidos”, advirtió González, al asegurar que más del 90% de estos menores son originarios del llamado triángulo norte de Centroamérica: El Salvador, Guatemala y Honduras.
El mayor número de detenciones se registró en los estados de Chiapas, fronterizo con Guatemala, Veracruz y Tabasco (este).
Además de carecer de un lugar seguro y adecuado durante su estancia en centros migratorios en México, muchos de estos menores son víctimas de robo, extorsión, secuestro y violación por parte del crimen organizado, aunque algunos de estos crímenes son incluso cometidos por autoridades corruptas.
En el 2014, una niña migrante ecuatoriana de 12 años se suicidó poco tiempo después de ser detenida por autoridades migratorias en México. Aparentemente, había sido violada por los traficantes de personas que la conducían a la frontera con Estados Unidos.
País viola derecho de asilo
Estos niños buscan reunirse con sus padres en Estados Unidos o huyen de la pobreza y violencia en su países, subrayó González, al lamentar que las autoridades mexicanas obstruyan su derecho a solicitar el refugio.
En el 2014, 78 menores solicitaron refugio en México, pero sólo a 22 se les otorgó. El año siguiente hubo 141 solicitudes y sólo 44 concedidas.
“México tiene que dar una cara humanitaria al problema de la migración”, semejante a la que pide para sus connacionales por parte de Estados Unidos, estimó González.
Tras una crisis humanitaria en Estados Unidos por el arribo masivo de niños indocumentados, el gobierno de México puso en marcha en julio del 2014 un programa llamado Frontera Sur con el objetivo de impedir a los migrantes subir a trenes de carga.
Pero esta medida ha hecho que los migrantes “busquen rutas alternativas que los exponen a violaciones a los derechos humanos, a vejaciones y a otros delitos”, subrayó González.