El virus, que ha empezado a propagarse por Latinoamérica, se trasmite a través del mosco de la especie Aedes Aegypti -el mismo asociado con el dengue y chikunguña-, y aunque “algunos estudios” hablan de la transmisión perinatal (de la madre a su bebé) o por vía sexual, estos “no están confirmados”.
“No hay vacuna y no hay tratamiento específico, la única forma es evitar ser picado por el mosco”, por eso la Secretaría de Salud está propagando recomendaciones para que los ciudadanos se protejan.
Usar manga larga, pantalón y repelente de insectos, lavar y tapar los recipientes en los que se guarda el agua y mantener las puertas y ventanas cerradas son algunas de las pautas que recomiendan las autoridades sanitarias mexicanas.
También se pide que la población ayude a eliminar los criaderos de mosquitos, que son, potencialmente, todos aquellos lugares que acumulen agua.
La campaña que lanzará la secretaría en las próximas semanas, afirmó Kuri, estará “dirigida fundamentalmente a las mujeres embarazadas”, por lo sucedido en Brasil, donde se ha reportado una posible asociación de la infección del virus durante el embarazo con el nacimiento de bebés con microcefalia.
En México, donde ninguno de los casos registrados es de una mujer embarazada, se ha hecho un aviso para aquellos que viajen a Brasil y Colombia, para que “se tomen precauciones” en su destino.
De acuerdo con Kuri, los pacientes que fueron infectados en México experimentaron “mejoría; no hay ninguna complicación ni mucho menos hasta ahora”.
El tratamiento que se siguió para ellos fue sintomático, con paracetamol.
El virus “evoluciona y se quita, como en el catarro común, aproximadamente en una semana”, indicó el doctor.
“Lo que se va a hacer es capacitar a los médicos e insistir a las embarazadas (que vivan en las zonas) donde hubiera ya circulación (del virus) en este momento para que vayan a sus consultas de control prenatal”, estableció Kuri.
La única forma de estar seguros de que alguien está infectado por el zika, añadió, es a través de un “diagnóstico” de laboratorio, ya que “clínicamente es muy difícil distinguirlo del dengue y el chikunguña”.
Los síntomas que han presentado los pacientes mexicanos son fiebre, conjuntivitis y “rash” (manifestaciones cutáneas) , además de otros indicios como dolor de cabeza y muscular o escalofríos.
El virus no se dará en aquellos lugares superiores a los mil 900 metros, donde ya no vive el mosquito que lo transmite, precisó el funcionario.
Por ello, “en la Ciudad de México no vamos a tener ningún caso”, ejemplificó.
La Organización Panamericana de la Salud notificó que son 18 los países que han confirmado la circulación autóctona del virus entre el 2015 y el 2016, entre ellos Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.