La “Marcha de la resistencia” de las Madres de la Plaza de Mayo -que buscan a sus hijos desaparecidos- nació en 1981 para reclamar el fin de la dictadura militar que gobernaba Argentina desde 1976 y se suspendió hace una década.
La protesta fue reanudada el viernes bajo el lema: “Por el derecho a trabajar, resistir sin descansar. Cristina conducción”. La asistencia fue acotada, con sus puntos más altos al inicio el viernes y hoy en el cierre, aunque no llegó a completar siquiera la histórica Plaza de Mayo.
La líder de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, pidió a los asistentes ser “generosos con los compañeros que no tienen trabajo” y advirtió que de seguir así la situación convocará “a hacer unas cuantas marchas más”.
“Me encanta preparar marchas, y si jodo (molesto) a unos cuantos, más todavía. Macri, pará la mano (frena), yo sé que esta noche no vas a poder dormir, te van a llenar la cabeza con que te queremos sacar (del Gobierno). Te vas a caer solo, hijo de puta”, afirmó la activista de derechos humanos.
El Gobierno argentino reiteró el sábado sus cuestionamientos a estas protestas opositoras por considerar que buscan la “deslegitimación” o “el fin” del mandato de Macri.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que “hay una protesta que busca una deslegitimación del Gobierno como si las cosas no hubieran cambiado; sin entender que hay otra filosofía, otra política y habiendo asumido en una situación muy compleja que el Gobierno anterior que la produjo no se hace cargo”.
“Vemos en estos piquetes permanentes, en estas marchas (que) estos grupos cada vez están más aislados, son menos. Muchos dirigentes se van alejando de estas prácticas extremas, que en algunos casos tienen la intención de plantear el fin del gobierno”, alertó la funcionaria en declaraciones a radio Continental.
“Nosotros no estamos preocupados, es una historia que empezó aparentemente fuerte, pero se va debilitando por sí misma”, aseguró Bullrich.
Desde el Gobierno surgieron varias acusaciones contra las protestas opositoras y apuntaron a supuestas intenciones de apurar la salida de Macri de la presidencia antes de que culmine su ciclo en 2019.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, advirtió el viernes que “hay algún dirigente que quiere que Macri no termine su mandato, a alguno que otro se le escapó decir que mejor que Macri se vaya con su Gobierno cuanto antes”.
Uno de los referentes de la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora, Andrés Larroque, rechazó los cuestionamientos y advirtió que “si en la Argentina hay algún plan desestabilizador, lo motoriza la política económica del Gobierno”.