En el poder desde 2013, el gobernante socialista añadió que esas reformas deberían conducir a Venezuela a “la paz, la prosperidad y la felicidad de nuestro pueblo”.
El juramento fue tomado por Delcy Rodríguez, presidenta de la Constituyente, que adelantó la para el domingo pasado las elecciones que tradicionalmente se realizan en diciembre.
“¿Jura usted fortalecer el carácter antiimperialista y antioligárquico de la revolución bolivariana y el carácter socialista de este profundo proceso de transformación?”, preguntó Rodríguez a Nicolás Maduro, quien reiteró lealtad a su fallecido mentor, Hugo Chávez (1999-2013).
Previo al juramento, la Constituyente aprobó por aclamación un decreto que aclara que el nuevo mandato arrancará el próximo 10 de enero.
“Deberá prestar juramento y tomar posesión de su cargo el próximo 10 de enero de 2019”, señala el texto.
Según la Carta Magna de 1999, que está siendo reformada por la Constituyente, el jefe de Estado electo debe posesionarse ese día ante la Asamblea Nacional (Legislativo).
Sin embargo, el Parlamento de mayoría opositora fue declarado hace más de dos años en desacato por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que en consecuencia considera nulas todas sus decisiones.
Comicios boicoteados por la oposición
El mandatario, reelegido el pasado domingo en unos comicios boicoteados por la oposición y desconocidos por varios gobiernos, compareció ante la plenipotenciaria Constituyente, ante la que todos los funcionarios de elección popular deben subordinarse.
Según la Constitución, el juramento debe hacerse ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, si “por cualquier motivo sobrevenido” el presidente electo no puede tomar posesión ante el Parlamento, actualmente de mayoría opositora y en la práctica anulado y sustituido por la Constituyente.
Maduro tiene previsto, luego de su juramentación, acudir a un acto en el Ministerio de Defensa, en Caracas, para recibir del alto mando de la Fuerza Armada “reafirmación de lealtad”.
En medio de denuncias de irregularidades por parte de la oposición y el rechazo de Estados Unidos, la Unión Europea y una docena de países de América Latina, Maduro fue proclamado reelecto para gobernar hasta 2025, con un país en ruina y cada vez más aislado.
Con una abstención electoral récord de 54 por ciento, Maduro ganó con 68 por ciento de los votos contra 21 por ciento del exchavista Henri Falcón, quien se postuló a contravía de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Falcón desconoció los resultados al acusar al Gobierno de “compra de votos” y “chantaje” con programas sociales.
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