De acuerdo con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), con sede en Washington y que ha liderado la investigación junto al diario alemán “Süddeutsche Zeitung”, los papeles arrojarían luz, por ejemplo, sobre el posible paradero de la obra desaparecida de Amadeo Modigliani “Hombre sentado con un bastón”.
La pintura del artista italiano, valorada en unos 25 millones de dólares, lleva décadas desaparecida después de que los nazis la confiscaran a su propietario judío, aunque su legítimo heredero sospecha que esta se encuentra en manos de la familia Nahmad, una de las más poderosas del mundo del arte.
Después de que una investigación privada apuntara a que los Nahmad (originarios de Siria y Líbano) obtuvieron la obra en una subasta en 1996, el nieto del judío a quien le fue confiscada, presentó una demanda que todavía mantiene a ambas partes enfrentadas.
En los juzgados, la familia Nahmad siempre ha sostenido que no posee el Modigliani, pero los papeles de Panamá revelan que esta controla la compañía “offshore” International Art Center, que sí posee la obra de arte.
Según los documentos de Mossack Fonseca, David Nahmad, la cara más reconocida de la familia, es el propietario único de la empresa desde 2014, aunque los Nahmad la han controlado durante 20 años.
Aunque quizás el más significativo, el caso de los Nahmad es solo un ejemplo de los múltiples vínculos entre el mercado del arte y el bufete Mossack Fonseca que, cuyos documentos demuestran, según el ICIJ, es una “industria poco regulada donde el anonimato se usa a menudo para proteger todo tipo de comportamientos cuestionables”.
Además de los Nahmad, entre los papeles también aparecen los nombres de la familia griega Goulandris, que se encuentra en el centro de una batalla legal sobre el paradero de 83 obras de arte desaparecidas.
Otros nombres del mundo del arte incluyen a la nieta del pintor malagueño Pablo Picasso, Marina Ruíz Picasso, a la familia Thyssen-Bornemisza y al magnate chino Wang Zhongjun.