El vuelo aterrizó poco antes de la medianoche con el primero de los dos grupos de refugiados sirios que llegarán a Canadá en aviones del gobierno.
“Esta es una noche maravillosa en la que podemos no sólo mostrar en qué consiste Canadá a un pasaje de nuevos canadienses, podemos mostrar al mundo cómo abrir nuestros corazones y dar la bienvenida a personas que huyen de situaciones extraordinariamente difíciles”, dijo Trudeau a personal y voluntarios que esperaban para registrar a los refugiados.
Los 10 primeros ministros provinciales canadienses están a favor de admitir refugiados y varios miembros de la oposición, incluido el Partido Conservador, acudieron a la recepción el jueves por la noche. Con Trudeau asistieron también los ministros de Inmigración, Sanidad y Defensa, así como la primera ministra de Ontario, Kathleen Wynne, y el alcalde de Toronto, John Tory.
En Estados Unidos, varios gobernadores republicanos han intentado evitar la llegada de refugiados sirios a sus estados tras los atentados mortales atribuidos a extremistas islámicos en París y California.
El primer vuelo llegó a Toronto antes de la medianoche y estaba previsto que el segundo aterrizara en Montreal el sábado. Las dos aeronaves militares llevarán a unos 300 refugiados sirios.
Varios canadienses deseosos de expresar su apoyo a los recién llegados acudieron al aeropuerto pese a que no podían dirigirse a los recién llegados cara a cara, ya que los refugiados eran registrados en una zona segura. Un puñado de personas se reunieron en la zona de llegadas internacionales del aeropuerto de Pearson con carteles y obsequios. Andrew Harris, de 51 años, dijo que quería contrarrestar el mensaje de miedo sobre musulmanes que ha circulado desde los atentados de París.
Harris portaba un gran cartel amarillo con las palabras “Bienvenidos a Canadá”, afirmando que aunque los refugiados no pudieran verlo, las palabras positivas no pasarían desapercibido.
El Toronto Star, el diario de mayor tirada del país, mostraba el jueves en su primera plana el titular “Bienvenidos a Canadá” con la traducción en árabe debajo.
En la primera página había también un editorial: “Encontrarán que el lugar es un poco más grande que Damasco o Alepo, y mucho más frío. Pero amistoso en cualquier caso. Somos una ciudad que atesora la diversidad; es nuestra fuerza”, decía el texto.
Funcionarios de seguridad y sanidad evalúan cada día a unos 800 refugiados en Líbano y Jordania.
El compromiso canadiense refleja el cambio de gobierno tras las elecciones de octubre. El ex primer ministro conservador Stephen Harper, que perdió ante Trudeau en los comicios del 19 de octubre, había rechazado reubicar a más refugiados sirios pese a la difusión de una dura imagen de un niño sirio de tres años, ahogado y al que las olas llevaron ante una playa turca. El niño tenía parientes en Canadá, y la imagen hizo de la crisis de refugiados un importante tema de campaña.