Según fuentes de los propios inmigrantes liberados con este procedimiento en la zona de El Paso (Texas) , antes de poder salir de los centros de detención tienen que proporcionar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) los datos de sus familiares y firmar un documento en el que dicen entender y aceptar la medida precautoria.
Estas tobilleras utilizan un sistema de rastreo por satélite que determina el paradero del inmigrante durante su proceso legal, según las autoridades migratorias.
Los indocumentados, que en su mayoría son de Honduras, Guatemala y El Salvador, consideran que llevar las tobilleras es mejor que estar recluido en un centro de detención.
Este es el caso de “Miguel” , un guatemalteco que la semana pasada cruzó el Río Grande con su hijo de seis años con el objetivo de llegar a Carolina del Norte, en la costa este de ese país.
“Cruzamos por ahí, por un río angosto, y en eso llegaron los de migración en las camionetas y me preguntaron que si necesitaba ayuda, y yo le dije que sí” , dijo “Miguel” , de 27 años, que pidió ser llamado así debido a su condición migratoria.
“Miguel” y su niño fueron llevados ante las autoridades del ICE en donde los oficiales determinaron que ambos podrían continuar su viaje con la condición de que el adulto llevara ajustado en el tobillo derecho el dispositivo electrónico.
El inmigrante recaló con su hijo en el albergue Casa Anunciación, en El Paso, antes de proseguir viaje a Carolina del Norte, donde tiene la intención de trabajar en la agricultura.
Debido al incremento de los cruces clandestinos por la frontera, el Gobierno estadounidense acondicionó un centro de detención y procesamiento en el Puente Internacional Tornillo-Guadalupe.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) informó que las instalaciones, localizadas a unos 60 kilómetros de El Paso, tienen capacidad para albergar a 500 personas y permanecerán abiertas durante un mes.
El secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, informó recientemente que en octubre se detuvo a 46.195 personas intentando entrar por la frontera con México, frente a las 39.501 del mes anterior y las 37.048 de agosto.
El director de Casa Anunciación, Rubén García, dijo que el constate flujo migratorio de centroamericanos por la frontera texana ha sido el mayor en la historia de la región, razón por la cual las instancias gubernamentales se han visto desbordadas.
“Las autoridades de inmigración no se dan abasto” , por lo que tienen que apoyarse en los albergues para enviar a los inmigrantes cuando sus instalaciones están llenas y a muchos de ellos les colocan las tobilleras para mantenerlos localizados, agregó.
“Ayer (lunes) llegaron 106 familias, esto quiere decir que había 106 adultos” , informó García, que dijo desconocer a qué porcentaje de los detenidos los están dejando libres con tobilleras.
Pero explicó que cuando se les agotan los dispositivos electrónicos, las autoridades permiten seguir su viaje a algunos libres sin llevar tobillera electrónica.