Shaker Aamer, de 46 años, nació en Arabia Saudí y es residente británico desde 1996. Está casado con una británica que vive en Londres con sus cuatro hijos.
Lleva encarcelado desde febrero de 2002 y desde hace cinco años Londres reclamaba con insistencia su liberación. Fue capturado en Tora Bora (en el norte de Afganistán) en diciembre de 2001 y sobre él pesaba la sospecha de ser un reclutador y financiador de Al Qaida.
“Estamos evidentemente encantados de que Shaker esté camino de su casa y su familia, aquí en el Reino Unido”, dijo Cori Crider, una de sus abogadas y miembro de la directiva de la organización británica Reprieve.
“Ahora Shaker debe ver un médico y pasar tiempo, cuanto antes, en compañía de su familia”, añadió.
Según Reprieve, Shaker Aamer trabajaba para una organización caritativa cuando fue capturado en Afganistán. Algunos de sus defensores consideran que estuvo tantos años detenido porque fue testigo de las torturas infligidas a otros presos.
“Caso espantoso”
“Estamos encantados de que su larga e inaceptable prueba haya terminado”, dijo Andy Worthington, codirector del grupo de apoyo “We Stand With Shaker”.
“Esperamos que las autoridades británicas no lo detengan a su regreso y que obtenga la ayuda médica y psicológica que necesita para retomar su vida con su familia en Londres”, añadió.
Un chequeo médico solicitado por sus abogados en 2013 reveló que padecía el síndrome de estrés postraumático, así como depresión, migrañas, asma y dolores renales.
“Después de tantos cambios en este caso espantoso, no nos creeremos que Shaker Aamer esté efectivamente de vuelta hasta que su avión aterrice en suelo británico”, advirtió la directora de Amnistía Internacional para el Reino Unido, Kate Allen.
A principios de año se anunció su liberación para junio pero luego fue postergada. Su detención sin acusación ni juicio suscitó una ola de apoyo en el Reino Unido, con la movilización de numerosas personalidades y diputados.
“Hay que recordar hasta qué punto este caso ha sido una terrible parodia de justicia y que después de haber estado detenido en circunstancias intolerables durante casi 14 años, Aamer necesitará tiempo para adaptarse de nuevo a la libertad”, añadió Allen.
Guantánamo es una base militar estadounidense en Cuba transformada en cárcel después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Alberga a sospechosos de terrorismo, algunos de los cuales llevan años presos sin haber sido juzgados ni acusados formalmente.
El presidente estadounidense Barack Obama prometió cerrar el lugar, algo que no acaba de concretarse porque no se ha decidido qué hacer con los detenidos, considerados muy peligrosos para ser liberados, y ante la dificultad de emitir una inculpación formal contra ellos.
El gobierno estadounidense busca un lugar en su territorio para trasladarlos pero los detractores de esta idea consideran que vendría a ser lo mismo que desplazar Guantánamo, en vez de cerrarlo.