Leopoldo López, el más emblemático de los políticos presos en Venezuela, quedó bajo arresto domiciliario, en una sorpresiva decisión del gobierno que busca bajar tensiones en medio de fuertes protestas.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), acusado de seguir los dictados del gobierno de Nicolás Maduro, otorgó casa por cárcel a López, luego de tres años y cinco meses preso, “por problemas de salud”, confirmó la corte en Twitter.
López se encontraba en el cárcel de Ramo Verde desde el 18 de febrero de 2014 cuando se entregó voluntariamente a la policía después de que fuese cursada una orden de detención en su contra por los sucesos ocurridos en una manifestación seis días antes convocada, entre otros, por él.
La decisión, agregó, es una “medida humanitaria ajustada a Derecho” concedida el viernes por el presidente del TSJ, Maikel Moreno, un polémico juez muy cercano a Maduro.
“Leopoldo llegó a su casa, salió en la madrugada, no lo he visto en mes y medio”, declaró nerviosa la madre de López, Antonieta Mendoza, cuando llegó a la residencia del opositor, en el este de Caracas, cuya entrada está abarrotada de periodistas.
Su esposa Lilian Tintori no ha emitido reacción. El viernes sólo dijo en Twitter que se le permtiró verlo después de 32 días de incomunicación. Versiones de prensa señalan que le fue colocado López un brazalete electrónico.
López, de 46 años, fue arrestado en febrero de 2014 y cumplía en la prisión militar de Ramo Verde, en las afueras de Caracas, una condenado a casi 14 años de prisión bajo cargos de “incitación a la violencia” en las protestas que por cuatro meses exigieron ese año la renuncia de Maduro, con saldo de 43 fallecidos.
Muy complacido por este importante paso que da nuestro hermano pueblo de #Venezuela. El señor @leopoldolopez está de nuevo con su familia
— Jimmy Morales (@jimmymoralesgt) July 8, 2017
La liberación ocurre en momentos de convulsión en el país, que, en medio de una grave crisis política y económica, vive desde hace casi 100 días una oleada de protestas que dejan 91 muertos y con las que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) exige la salida del poder de Maduro y rechaza la Asamblea Constituyente convocada por el mandatario.
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“Ojalá la MUD la asuma con madurez y paren la violencia”, aseguró el ministro de Educación, Elías Jaua, delegado por Maduro para impulsar la Constituyente.
El analista Luis Vicente León consideró la medida un “evidentemente movimiento estratégico del gobierno para bajar la presión, que se precipita” por el rechazo mayoritario “demoledor” a la Constituyente.
¿Mensaje de apertura o debilidad?
López se convirtió en el símbolo de los opositores venezolanos presos, entre ellos el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, también bajo arresto domiciliario, y el exalcalde de San Cristóbal (oeste) Daniel Ceballos.
El politólogo Luis Salamanca coincidió en que el gobierno está “buscando apaciguar la protesta para que se llegue con más tranquilidad” a la elección, el 30 de julio, de la Asamblea Constituyente.
A fines de 2016, bajo la mediación internacional encabezada por el exgobernante español José Luis Rodríguez Zapatero, el gobierno y la oposición iniciaron un diálogo auspiciado por el Vaticano, tras lo cual fueron liberados varios presos de bajo perfil. La negociación, no obstante, fracasó en diciembre.
El momento en que López fue arrestado
“Resulta evidente que el gobierno quiere dar mensajes de apertura y está respondiendo a la presión de Zapatero y otros negociadores”, consideró León, para quien la liberación de López podría abrir posibilidades de una negociación, aunque “lejos de lo que aspira la oposición”.
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López fue visitado en varias ocasiones por Rodríguez Zapatero, la última vez el pasado 4 de junio, cuando también asistió la entonces canciller Delcy Rodríguez y el hermano de ésta, el influyente dirigente chavista Jorge Rodríguez.
Tras esa reunión, López llamó a los venezolanos a continuar protestando en las calles y su esposa negó que se estuviera negociando una medida de casa por cárcel a cambio de la desactivación de las manifestaciones. “Leopoldo jamás va a negociar su libertad, primero está la libertad de todo un país”, manifestó Tintori.
Uno de los abogados de López en España, Javier Cremades, quien primero reveló la liberación, estimó que la medida “indica cuán desesperados y divididos” están en el gobierno y es una “muestra de debilidad de un régimen acorralado”.
“¡Libertad plena!”
La liberación de López fue ya saludada por los gobierno de Chile, Brasil, México, España, Argentina, Colombia y otros países, en tanto que líderes de la oposición, como Henrique Capriles, celebraron pero pidieron su “libertad plena”.
“Es sólo un primer paso. Exigimos liberación de todos los presos políticos”, reaccionó el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
La ONG Foro Penal sostiene que los arrestos en estos tres meses elevaron de un centenar a unos 430 el número de “presos políticos”, que el gobierno no reconoce como tal sino que asegura se trata de presos por actos de violencia y conspiración.
A fines de junio, en un video difundido por su esposa en las redes sociales, López denunció a gritos que estaba siendo torturado en su celda. Pero el gobierno lo desmintió mostrando fotos -supuestamente de esos días- en las que aparecía recibiendo alimentos enviados por su familia.
“La perversa justicia bolivariana aún tiene sus garras sobre él”, agregó Cremades, al señalar que la casa por cárcel “no implica modificación de su condena”.
La defensa alega que López fue condenado por motivos políticos y con pruebas “manipuladas”, violando sus derechos procesales, y que la justicia está al servicio del gobierno.