Juno, que tiene el tamaño de una cancha de basquetbol, y que tardaría unos cinco años en llegar, fue enviada en un tipo de “misión suicida”, en la que se estrellaría contra la atmósfera del planeta gigante, que se encuentra a unos 594 millones de kilómetros de la Tierra, después de captar las imágenes más nítidas nunca antes tomadas sobre las especialidades de Júpiter.
Así, en julio del 2016, los científicos celebraban la proeza de la llegada de la sonda, aunque anunciaron que el procesamiento de las imágenes tardaría un tiempo por la complejidad de la misión.
Desde entonces, la agencia espacial estadounidense ha ida revelando las imágenes del gigante. Estas son algunas de las más recientes: