Estas ideas han sido propuestas por varias comisiones y conferencias episcopales y el papa Francisco anunció hoy que se reflexionará sobre ellas durante la reunión que se está celebrando en el Vaticano sobre la protección de los menores, pues se distribuyeron a todos los participantes.
Entre los 21 puntos, que según el papa son “un simple punto de partida”, se propone “la elaboración de un vademécum en el que se especifican los pasos a seguir por la autoridad en todos los momentos clave del surgimiento de un caso”.
Otro de los puntos propuestos que más sorprendió es el de elevar la edad mínima para el matrimonio a 16 años, ya que según el Derecho Canónico la edad mínima de las mujeres para casarse es actualmente de 14 años y de 16 para los hombres.
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Se propone crear “centros de escucha, compuestos por personas capacitadas y expertas, donde se ejerce un primer discernimiento de los casos de las presuntas víctimas”.
“Implementar procedimientos compartidos para el examen de las denuncias, la protección de las víctimas y el derecho de defensa del acusado”, se lee.
También se pide “informar a las autoridades civiles y las autoridades eclesiásticas superiores de conformidad con las normas civiles y canónicas”.
Otros puntos son “establecer protocolos específicos para la gestión de las acusaciones contra los obispos” y cursos de formación continua para “obispos, superiores religiosos, clérigos y trabajadores pastorales”.
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Se insta entre estos puntos de reflexión a consolidar la colaboración con todas las personas de buena voluntad y con los operadores de los medios de comunicación para reconocer y discernir los casos reales de los falsos.
Al tiempo, también se especifica la necesidad de garantizar en las investigaciones la presunción de inocencia “hasta la prueba de la culpabilidad del acusado”.
El papa Francisco indicó hoy que lo que se espera de la Iglesia no es solo condenar los abusos de sus clérigos, sino “medidas concretas y efectivas” para erradicarlos, durante su discurso al inicio de la reunión para la protección de menores que se celebrará hasta el domingo en el Vaticano.
Una de estas propuestas “concretas” es garantizar “la proporcionalidad del castigo con respecto al delito cometido”, es decir que “los sacerdotes y obispos culpables de abuso sexual a menores tienen que ser expulsados de sus cargos”.
También se propone “realizar una evaluación psicológica a cargo de expertos calificados y acreditados para los candidatos al sacerdocio y la vida consagrada”.
“Formular códigos de conducta obligatorios para todos los clérigos, religiosos, personal de servicio y voluntarios, para delinear los límites apropiados en las relaciones personales”, se lee entre las propuestas.
Asimismo, la necesidad de informar a todos los miembros de la Iglesia sobre “cómo reconocer los signos de abuso y cómo reportar sospechas de abuso sexual”.
Los 21 puntos en resumen:
- Creación de un “vademécum práctico” que establezca los pasos que las autoridades eclesiásticas deben seguir tras una denuncia.
- Establecer “estructuras de escucha” formadas por expertos para realizar un primer análisis de los supuestos casos.
- Elaborar criterios para la implicación directa del obispo o del superior religioso.
- Implementar procedimientos compartidos para el análisis de las acusaciones, la protección de las víctimas y el derecho de defensa de los acusados.
- Informar sobre un caso de abuso a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.
- Revisar periódicamente los protocolos y normas para preservar un ambiente protegido para los menores en todas las estructuras pastorales.
- Establecer protocolos específicos para la gestión de las acusaciones contra los obispos.
- Acompañar, proteger y atender a las víctimas, ofreciéndoles todo el apoyo necesario para su completa sanación.
- Impulsar iniciativas de formación de los obispos, superiores, clérigos y agentes pastorales para concienciar sobre las causas y consecuencias de los abusos sexuales.
- Preparar procesos de atención pastoral en las comunidades católicas que hayan vivido en su seno casos de abusos, así como penitencias y caminos de recuperación para los culpables.
- Colaborar con medios de comunicación y personas para distinguir y reconocer los casos verdaderos de los falsos.
- Elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 16 años en el Derecho Canónico.
- Incluir a expertos laicos en las investigaciones y juicios canónicos por abusos.
- Proteger la presunción de inocencia en los juicios por abusos sexuales, evitando la publicación de listas de imputados antes de la investigación previa y la condena definitiva.
- Respetar el principio de proporcionalidad de la pena y dictaminar que los curas y obispos culpables de abuso a menores abandonen su ministerio.
- Impulsar programas de formación inicial y permanente entre los seminaristas y candidatos al sacerdocio o vida religiosa para consolidar “su madurez humana, espiritual y psicosexual”.
- Realizar evaluaciones de expertos a los candidatos a curas o a la vida consagrada.
- Indicar las normas que rigen el traslado de un seminarista de un seminario a otro.
- Formular códigos de conducta “obligatorios” para los curas o voluntarios para “definir los límites apropiados en las relaciones personales”.
- Ilustrar información y datos sobre los peligros del abuso y sus efectos y sobre cómo reconocer las señales de estos delitos en colaboración con autoridades civiles.
- Instituir un organismo de fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar los delitos y que sea independiente de la autoridad eclesiástica local, con expertos clérigos y laicos.
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