Dos semanas antes, circuló en línea la aseveración sin fundamentos de que las vacunas contra la covid-19 habían producido al menos 45.000 muertes. Las publicaciones con la afirmación llegaron a tener casi 17.000 vistas en Bitchute, una plataforma alternativa de video, y al menos 120.000 vistas en la aplicación de mensajes encriptados Telegram, donde se compartió principalmente en español.
Más o menos al mismo tiempo, el principal asesor científico del Reino Unido declaró por error que el 60 por ciento de los pacientes hospitalizados había recibido dos dosis de la vacuna. De inmediato corrigió la declaración, al mencionar que el 60 por ciento eran pacientes que no se habían vacunado. Sin embargo, los grupos antivacunas en línea aprovecharon la equivocación: tradujeron la cita al francés y el italiano y la publicaron en Facebook, donde gustó y se compartió 142.000 veces.
Según los expertos en desinformación, en semanas recientes se ha disparado la información errónea sobre el coronavirus que se comparte en línea, ya que la gente que disemina falsedades ha aprovechado el aumento de casos de la variante delta para propagar nuevas y recicladas narrativas que no han sido corroboradas.
En comparación con la cantidad registrada en junio, algunas frases propensas a emplearse en la desinformación sobre las vacunas se mencionaron hasta cinco veces más en julio, de acuerdo con Zignal Labs, una plataforma que rastrea las menciones en redes sociales, televisión por cable y medios impresos y digitales. Algunas de las mentiras más predominantes son que las vacunas no funcionan (un incremento del 437 por ciento), que contienen microchips (aumentó 156 por ciento), que la gente deben confiar en su “inmunidad natural” en vez de vacunarse (aumentó 111 por ciento) y que las vacunas causan abortos espontáneos (75 por ciento más que el mes anterior).
Este tipo de aseveraciones habían disminuido en la primavera conforme se desplomaron los casos de covid-19 en Estados Unidos. En comparación con inicios del año y con 2020, en mayo y junio hubo una caída visible en el volumen de desinformación (la investigación de Zignal no considera toda la desinformación que existe, pero cuando hay picos en algunos temas puede ser una medida aproximada de cuáles son los tópicos que se usan con mayor frecuencia como vehículos para desinformar).
La ráfaga más reciente amenaza con obstaculizar los esfuerzos para incrementar las tasas de vacunación y reducir el aumento de casos. La gran mayoría de las personas que dieron positivo por el virus en semanas recientes, y casi todas las que fueron hospitalizadas por el coronavirus, no estaban vacunadas. Expertos en salud pública, así como doctores y enfermeras que atienden a pacientes, aseguran que la desinformación está promoviendo parte de la indecisión en torno a las vacunas.
Según investigadores especializados en la desinformación, los picos muestran que los esfuerzos de las plataformas de redes sociales para acabar con la desinformación sobre el virus no han tenido éxito.
“Estas narrativas están tan integradas que la gente puede seguir promoviendo estas historias antivacunas con cada una de las nuevas variantes que surjan”, comentó Rachel E. Moran, investigadora de la Universidad de Washington que estudia las teorías conspirativas en línea. “Lo estamos viendo con la delta y la veremos con la que siga”.
En las últimas semanas, la gran mayoría de las publicaciones de desinformación sobre el coronavirus con más interacciones en redes sociales fueron de personas que han cobrado notoriedad por cuestionar las vacunas durante el último año.
En julio, la comentarista de derecha Candace Owens aprovechó la declaración errónea del asesor científico del Reino Unido. “¡Esto es impactante!”, escribió Owens. “El 60 por ciento de las personas ingresadas a los hospitales de Inglaterra con #COVID-19 tenía dos dosis de una vacuna contra el coronavirus, según el principal asesor científico del gobierno”.
Después de que el asesor científico, Patrick Vallance, corrigió lo que había dicho, Owens agregó la información correcta al final de su publicación de Facebook. Sin embargo, la publicación gustó y se compartió más de 62.000 veces —dos terceras partes del total de sus interacciones— en las tres horas previas a la actualización de Owens, según reveló un análisis de The New York Times. En total, el rumor gustó y se compartió 142.000 veces en Facebook, la mayoría de las cuales provino de la publicación de Owens, según un informe de The Virality Project, un consorcio de investigadores especializados en desinformación de organizaciones como el Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford y Graphika.
Cuando se le pidió ofrecer comentarios, Owens mencionó en un correo electrónico: “Por desgracia, no me interesa The New York Times. La gente que me sigue no toma en serio sus artículos escandalosos”.
También en julio, Thomas Renz, un abogado, apareció en un video en el que aseguró que 45.000 personas habían muerto a causa de las vacunas contra la covid-19. La aseveración, que fue desacreditada más tarde, se basa en información no verificada del Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas, una base de datos del gobierno. La declaración sin fundamentos se había incluido en una demanda que Renz presentó a nombre de un “delator” anónimo, en coordinación con America’s Frontline Doctors, un grupo de derecha que ya había propagado desinformación sobre la pandemia.
El video de Renz obtuvo más de 19.000 vistas en Bitchute. La declaración sin fundamentos se repitió en importantes canales hispanohablantes de Telegram, grupos de Facebook y el sitio web conspirativo Infowars, recabando un total de más de 120.000 vistas en todas las plataformas, de acuerdo con The Virality Project.
En un correo electrónico, Renz mencionó que su bufete había “realizado la debida diligencia” para creer en la veracidad de las aseveraciones de la demanda que presentó. “En verdad, no creemos que el gobierno de Biden sea el responsable de esto, más bien creemos que el presidente Biden, al igual que le ocurrió antes al presidente Trump, fue engañado por el mismo grupo de burócratas conflictivos”, señaló Renz.
El jueves, Torba, el director ejecutivo de Gab, aseguró que estaba “inundado” de mensajes de texto de miembros del ejército que dijeron que iban a enfrentar una corte marcial si se rehusaban a vacunarse contra la COVID-19. Aunque los líderes militares han promovido la vacuna entre sus tropas y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin, buscará la obligatoriedad de las vacunas para septiembre, no hay ninguna evidencia de que el ejército planee llevar a cortes marciales a los soldados que no se vacunen.
La publicación de Torba obtuvo 10.000 interacciones en Gab, según datos de The Virality Project. Algunos documentos que puso en el sitio de noticias de Gab para ayudar a los miembros del servicio militar a solicitar exenciones de vacunación, también contenían desinformación.
Uno de los documentos utilizaba un viejo argumento de las personas que se oponen a las vacunas que sostenía que se usaban líneas celulares de fetos abortados en el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, pero agrupaciones católicas y antiaborto han declarado que las vacunas son “moralmente aceptables”. El documento llegó a una audiencia de unos 2,2 millones de usuarios en Facebook, según datos de CrowdTangle.
“Estoy diciendo la verdad”, mencionó Torba en un correo electrónico. “Sus ‘verificadores de información’ financiados por Facebook, como Graphika, están equivocados y son los que están diseminando la desinformación en este caso”.
Facebook, plataforma que en el último año se ha vuelto más agresiva al momento de hacer cumplir sus políticas de desinformación en torno al coronavirus, sigue siendo un destino popular para la gente que debate la desinformación.
Media Matters for America, un organismo de control con tendencias liberales, encontró más de 200 grupos públicos y privados de Facebook, con unos 400.000 miembros, que estaban dedicados a debates antivacunas. Los grupos, que revisó el Times, sumaron 13.000 miembros en un periodo reciente de siete días, de acuerdo con Media Matters.
Muchas de las publicaciones más populares en los grupos no incluían falsedades explícitas. Una era una imagen de un personaje de Scooby Doo quitándole la máscara a un fantasma que representaba a la variante delta con un subtítulo que decía: “Vamos a ver qué te hace más aterrador que todas las otras variantes”. Al desenmascararlo se revelaban los logotipos de MSNBC y CNN, con lo cual se insinuaba que los canales de televisión por cable estaban exagerando la gravedad de la variante delta.
Sin embargo, como los comentarios en muchas de las otras páginas, los que aparecieron debajo de la imagen de Scooby Doo sí contenían aseveraciones sin fundamentos. También incluían llamados a la violencia.
“China tiene toda la culpa”, decía un comentario. “En algún momento vamos a tener que pelear contra ellos, así que propongo un ataque nuclear preventivo”.
Facebook señaló que había eliminado de los comentarios las violaciones confirmadas a su política de desinformación sobre el coronavirus y que le había brindado a la gente información acreditada sobre el virus.
“Seguiremos aplicando nuestras reglas en contra de cualquier cuenta o grupo que viole nuestras políticas relacionadas con las vacunas y la COVID-19”, mencionó en un correo electrónico Aaron Simpson, un vocero de Facebook.
Moran, la investigadora, predijo que habría un “ciclo natural de atención” para esta nueva ronda de desinformación. “Después de este aumento, al igual que sucedió con la cepa original del coronavirus, durante un tiempo veremos cómo los niveles de desinformación se tranquilizan hasta llegar a niveles normales”, comentó.
Sin embargo, la desinformación sobre el coronavirus no desaparecerá pronto, predijo Moran. “Por desgracia, no son picos y valles, sino niveles constantes de desinformación”, concluyó.
*Davey Alba es una reportera de tecnología que cubre temas de desinformación. En 2019, ganó un premio Livingston a la excelencia por cobertura internacional y un premio Mirror por la mejor historia sobre periodismo en peligro. @daveyalba
Jacob Silver colaboró en la investigación de este artículo.