Imágenes satelitales captadas por investigadores del Centro James Martin de Estudios de No Proliferación en Monterey, California, muestran lo que, en su criterio, son silos o depósitos para albergar unos 110 misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés).
Los silos de misiles son una estructura en forma de pozo que almacenan estos proyectiles y sirven tanto para protegerlos como para lanzarlos.
El hallazgo, cercano a la ciudad de Hami y a kilómetros de donde se encuentran los campos de detención para musulmanes de la etnia uigur, tiene lugar a menos de un mes de que se detectara, también a través de fotos satelitales, la construcción de otro silo en la cercana Yumen.
Entonces, la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS) estimó que el país asiático podría colocar allí hasta 120 misiles nucleares.
“Estos hallazgos son relevantes dado que, por el secretismo que ha mantenido China por años sobre su armamento nuclear, estos estudios son la única aproximación que tenemos a lo que está sucediendo allí”, le dice a BBC Mundo Howard Zhang, editor jefe del servicio chino de la BBC.
“La política oficial china hacia las armas nucleares ha sido no desclasificar este tipo de informaciones sobre su armamento, por lo que generalmente lo que sabemos es a partir de estos informes que realizan expertos y científicos de otros lugares, principalmente de Estados Unidos”, agrega.
Preocupación
Aunque la construcción de los silos no implica necesariamente que vayan a ser rellenados todos con ICBM, su construcción ha levantado preocupaciones y sospechas entre analistas de proliferación atómica, ante lo que podría verse como un cambio de política nuclear de China.
“La construcción de los silos en Yumen y Hami constituye la expansión más significativa del arsenal nuclear chino hasta la fecha”, indica un estudio de la FAS.
Y es que según explica Zhang, desde que probó su primera bomba atómica en la década de 1960, Pekín ha mantenido un arsenal nuclear limitado, en una postura conocida como de “disuasión mínima”; es decir, un nivel comparativamente bajo comparado con otras potencias atómicas, aunque suficiente para mantenerlas a raya.
Pero los expertos temen que ahora el liderazgo chino, que ha asumido una política internacional más agresiva, esté buscando también convertir a su país en un peso pesado del armamento nuclear global.
Y los silos de Yumen y Hami –la mayor construcción de este tipo desde el fin de la Guerra Fría, según la FAS- parecen ser un signo del cambio de los tiempos.
“El número de nuevos silos chinos en construcción excede el número de misiles balísticos intercontinentales basados en silos operados por Rusia, y constituye más de la mitad del tamaño de toda la fuerza de misiles balísticos intercontinentales estadounidenses”, indica un reporte de los investigadores Matt Korda y Hans Kristensen.
El gobierno chino no se ha referido oficialmente de momento a las denuncias del hallazgo.
Una fuerza en ascenso
El campo de silos en Xinjiang se detectó utilizando imágenes de satélite comerciales, pero Planet, una empresa de imágenes satelitales, proporcionó más tarde fotos de mayor resolución.
Según la FAS, el nuevo sitio de construcción está a unos 380 km de donde se encontró el otro a inicios de mes, aunque se encuentra en una etapa de desarrollo mucho más temprana.
Al igual que el primero, el campo está dispuesto en grandes franjas que cubren partes de una cuenca del desierto en un área de unos 800 kilómetros cuadrados.
Cada uno de los silos está a unos 3 km del otro y muchos están ocultos por una gran cubierta en forma de cúpula, lo que según Kodak y Kristensen, sigue una práctica observada en otras construcciones para depósitos atómicos encontradas en otras partes de China.
El Comando Estratégico de EE.UU., la parte del Departamento de Defensa responsable de la disuasión nuclear, expresó su preocupación por el hallazgo en un tuit.
“Esta es la segunda vez en dos meses que el público descubre lo que hemos estado diciendo todo el tiempo sobre la creciente amenaza que enfrenta el mundo y el velo de secreto que lo rodea”, escribió.
Por años, Pekín ha operado alrededor de 20 silos para sus ICBM de combustible líquido, los llamados DF-5.
Sin embargo, ahora, según las imágenes analizadas, parece estar construyendo una cantidad 10 veces mayor.
Aumento de capacidad
Según explica Zhang, a lo largo de las décadas China no tuvo entre sus prioridades el tema nuclear.
“Tener armas nucleares es muy caro e implica una cierta infraestructura, como contar con reactores y plantas de enriquecimiento de materiales radioactivos”, dice.
“Para países como Rusia y Estados Unidos era más fácil tener acceso a esto porque han tenido por años gran cantidad de reactores nucleares, pero no es el caso de China, que ha comenzado a desarrollarse en este sector en las últimas décadas”, señala.
Aunque se desconoce el número de cabezas nucleares con las que cuenta Pekín los expertos las estiman en unos pocos cientos, bien lejos del número de Washington o Moscú.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, Estados Unidos posee unas 5.550 ojivas nucleares y Rusia, unas 6.255.
El Pentágono estimó el año pasado que China tendría cerca de 200, mientras que el Instituto de Estocolmo lo estima en 350. Este número, sin embargo, se ha incrementado de los 145 que el Instituto estimó que Pekín tenía en 2006 y el mismo gobierno de EE.UU. ha expresado temor a que el número crezca en los años próximos.
A inicios de 2021, el jefe del Comando Estratégico de EE.UU., Charles Richard, dijo que “se espera que el arsenal de armas nucleares chinos se duplique (si no triplique o cuadruplique) la próxima década”.
China ha impulsado notablemente su capacidad en armamento nuclear en los últimos años con el desarrollo de lanzadores de misiles móviles de carretera o el reciente bombardero H-6N, con capacidad nuclear, que se lanza desde submarinos.
Detrás de los motivos
De acuerdo con Zhang, una de las grandes dudas que deja el hallazgo de la construcción es cuál es el objetivo de China con ella y por qué ahora.
“En el mundo de habla china se está debatiendo si esto en el fondo lo que está haciendo es mandar señales de que están aumentando sus reservas, de que le están enviando un mensaje a Estados Unidos que por años ha subestimado la capacidad nuclear china”, dice.
Otra de las teorías, según el editor del servicio chino de la BBC, es que Pekín esté trabajando en otro tipo de armamento no conocido.
“Por años China, Rusia y Estados Unidos han estado compitiendo en el campo de las armas ultrasónicas. ¿Son estos silos para un nuevo tipo de armas o para las mismas viejas armas nucleares de la época de la Guerra Fría?”, dice.
Sin embargo, no está claro de momento cuántos de los silos China rellenará.
Es sabido desde la Guerra Fría que los silos son una de las técnicas que potencias nucleares han usado para despistar a sus enemigos.
Y es que estos depósitos pueden ser fácilmente destruidos en un ataque preventivo, por lo que ha sido tradición crear un número significativo de ellos para que, en caso de un bombardeo, las fuerzas enemigas no sepan en cuál de ellos están guardados los misiles.
Fuera de las negociaciones
El hallazgo de los campos de silos tiene lugar mientras los dos grandes poderes nucleares del mundo, Estados Unidos y Rusia, se preparan para conversaciones sobre control de armas.
La reunión entre la subsecretaria de Estado de EE.UU., Wendy Sherman, y el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, es vista como un primer paso para reactivar las estancadas negociaciones sobre la reducción de las armas nucleares.
China, sin embargo, ha estado reticente por años a sentarse a negociar sobre su poder nuclear y en fechas recientes sus medios han usado un fuerte discurso de confrontación con Washington.
“Estados Unidos quiere que China se apegue a la línea basada en una disuasión mínima, pero el nivel mínimo cambiará a medida que cambie la situación de seguridad de China”, dijo en un editorial a inicios de julio el diario Global Times, la voz del Partido Comunista chino en inglés.
“En caso de que estalle una confrontación militar entre China y Estados Unidos sobre la cuestión de Taiwán, si China tiene suficiente capacidad nuclear para disuadir a Estados Unidos, eso servirá como la base de la voluntad nacional de China”, agrega.
Los expertos en desarme nuclear temen que el hallazgo de los silos pueda impulsar a Washington, Moscú u otra de las potencias atómicas del mundo a iniciar una carrera desenfrenada para aumentar su poderío ante el avance de Pekín.
“La construcción del silo probablemente profundizará aún más la tensión militar, alimentará el miedo a las intenciones de China, envalentonará los argumentos de que el control de armas y las restricciones son ingenuos, y que los arsenales nucleares de Estados Unidos y Rusia no pueden reducirse más, sino que deben ajustarse para tener en cuenta la acumulación nuclear china”, opinó la FAS.
La pasada semana, el Foreign Policy for America, un think tank de política exterior, también opinó que “la aceleración del gasto estadounidense en armas nucleares solo endurecerá la posición” de China.
“El gobierno Biden-Harris y los líderes de todo el espectro político deberían presionar a China para que se siente a la mesa (de negociaciones). Era una tradición bipartidista impulsar el control de armas durante la Guerra Fría. No podemos dejar que esa tradición se olvide en un momento en el que más lo necesitamos”, escribió el consejero de políticas de la organización, Louie Reckford.