Aislado, dio claras señales de que su ciclo había terminado.
“La presidenta agradece la dedicación del ministro Joaquim Levy, que tuvo un papel fundamental en el enfrentamiento de la crisis económica”, informó la presidencia en un comunicado donde también anunció la designación de Barbosa.
La salida de Levy y el ingreso de Barbosa estuvo precedido por una caída del 2.98% de la bolsa de Sao Paulo al cierre y una depreciación de 1.42% del real.
En su primera conferencia de prensa, minutos después de ser nombrado, Barbosa definió a la estabilidad fiscal y al control de la escalada de los precios como sus prioridades, recogiendo parte de la agenda de Levy en un gesto por llevar tranquilidad a los inversores.
“Solo con estabilidad fiscal vamos a tener un crecimiento sustentable. Vamos a promover el equilibrio fiscal, el control de la inflación y el crecimiento de la economía”, dijo en su primera aparición pública como ministro de Hacienda.
Una de las razones de la partida de Levy, no obstante, es el fracaso del gobierno de prometer un ahorro fiscal primario de 0.7% del PIB en el 2016. La cifra fue reducida a 0.5%, pese a la oposición de Levy.
Y en el 2015, el gobierno comenzó presupuestando un superávit primario de 1.2% del PIB pero redujo la meta cinco veces, terminando el año con un déficit del 2%.
“Llego al final del 2015 preocupado con la situación del país, particularmente con la de la economía”, escribió Levy en una carta publicada poco antes del anuncio oficial de su salida.
“Pero mantengo una gran confianza en la capacidad de recuperación de nuestra economía y en el potencial de su crecimiento” , añadió.
Desarrollismo
Barbosa, un economista afín a las ideas desarrollistas y a políticas fiscales menos restrictivas que su predecesor, tendrá la tarea de conducir un país que, además, proyecta una contracción del 3.1% este año y una del 1.9% el próximo. De confirmarse ese pronóstico, sería el primer bienio recesivo desde 1930-31.
Brasil perdió además esta semana el grado de inversión a manos de la agencia Fitch Ratings -Standard & Poors había hecho lo propio en septiembre-, y lejos de la expansión del 7.5% que en el 2010 pareció marcar el despertar del gigante latinoamericano, hoy sus indicadores son un rosario de datos negativos: rojo fiscal creciente, desempleo de 7.5%, inflación de 10.48% y una depreciación del real del 31.6% anual.
Doctor en Economía por la New School for Social Research de Nueva York, Barbosa participó directamente del diseño de la política económica del primer mandato de Rousseff, cuando hubo una fuerte expansión del gasto público, marca de la casa del PT.
“El mercado lo considera como el nombre más normal, probable, porque ya es ministro de Planificación, ya conoce la máquina, ya sabe cómo funciona, es una solución natural y el mercado lo está encarando con una cierta neutralidad” , dijo André Leite, analista de TAG Investimentos en Sao Paulo.