Se critica a Trump por haber minimizado la gravedad de covid-19 en sus discursos, lo que él dice que hizo para no crear pánico. Ahora que ha resultado positivo con covid-19, se aumentan las críticas. Sin embargo, mirando las acciones tomadas, en su mayoría fueron similares a las de otros países. Trump prohibió los viajes internacionales desde y hacia China, a pocas semanas del primer caso. Lo criticaron por xenofóbico, pero parece que tuvo razón.
En la recomendación de políticas, siguió los consejos de sus científicos, incluso cuando recomendaron el cierre de la economía, una medida grave que dañó no solo a las finanzas de las empresas y hogares, sino la salud de los ciudadanos. Habría que recordar que la economía estaba en pleno empleo y constituía su principal fuerte electoral, pero Trump la cerró, sabiendo que esto iba a poner su reelección en duda. Asimismo, comprometió a las agencias federales de salud a luchar contra la pandemia. Desplegó a la Guardia Nacional para construir hospitales y distribuir alimentos y suministros, envió barcos hospitales a Nueva York y Los Ángeles. En tiempo real, Trump obtuvo la cooperación de empresas privadas para la fabricación de mascarillas, respiradores y otros insumos para atender la extraordinaria demanda. Nunca se produjo la temida escasez de medicamentos, equipamiento y otros recursos para combatir la enfermedad. Se logró la meta de aplanar la curva, que nunca iba reducir el número de contagiados, sino el intervalo de tiempo en el cual se contagiaban, para no colapsar el sistema de salud.
A su favor, Trump tiene muchos argumentos. Respecto de la administración de la justicia, ha alcanzado logros extraordinarios. Ha reformado el sistema federal de cortes, poniendo en tiempo récord al 20% del total de jueces, reemplazando a muchos jueces activistas por jueces textualistas que aplican la ley según los límites impuestos por la Constitución. Firmó la reforma del sistema de justicia criminal que discriminaba particularmente a negros. Todo apunta a que logrará poner a tres jueces en la Corte Suprema, lo cual lo marca como uno de los presidentes más trascendentales en la historia política moderna de EE. UU..
Antes de la pandemia, la economía era la fuerte de Trump en términos de su aprobación. El presidente recortó impuestos y quitó regulaciones innecesarias, llevando a la economía a pleno empleo, con los niveles de desempleo más bajos jamás recordados para mujeres, latinos, negros y demás personas. Eso lo logró mientras la participación laboral subía. Se crearon miles de trabajos de manufactura que los demócratas decían ya no iban a regresar a EE. UU..
En la economía de Trump, por primera vez en décadas fueron los estratos más bajos los más beneficiados. El ingreso medio real del hogar (RMHI) aumentó en US$1 mil durante ocho años de Obama. El RMHI con Trump aumentó US$7 mil 763 en menos de tres años.(1) Las más beneficiadas han sido las familias trabajadoras en la parte inferior de la distribución de ingresos y riqueza. La población mediana en el cuarto inferior de la riqueza personal ganó un 11 por ciento en ingresos, mientras que la gente en el cuarto superior ganó un 6 por ciento, según la Reserva Federal. Los jóvenes menores de 35 años fueron los que más ganaron. Aquí destaca que las familias sin un diploma de secundaria vieron un aumento del 9 por ciento en su ingreso medio, mientras que las que poseen un título universitario vieron una disminución del 2 por ciento, lo cual refleja una proporción creciente de estadounidenses que tienen títulos de menor valor.
Notablemente, Trump ha girado la política exterior en la dirección correcta de confrontación con dictaduras como Cuba, Venezuela, Irán y China. Ha definido a China como un país rival que amenaza el orden mundial liberal y los intereses de EE. UU. Fue el primer líder político en denunciar la actuación de mala fe del régimen chino y la OMS, que bajo la influencia de China basó recomendaciones y disposiciones sobre la pandemia con base en factores políticos, según un reporte de New York Times. Trump terminó sacando a EE. UU. de la OMS y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, por su inclusión de dictaduras. Estas medidas presionarán a la ONU para que respete más los valores que dice representar. Asimismo, el desacoplamiento relativo de EE. UU. con China representa significativas oportunidades económicas para Guatemala y la región.
Siguiendo su propio consejo e ignorando a los presumidos expertos, Trump ha recibido tres nominaciones para el Premio Nobel de la Paz por sus iniciativas de paz concretadas entre Kosovo y Serbia, y entre Israel y Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, a la cual se espera que se sumen otros países como Omán, Sudán y Arabia Saudita. En el proceso, ha aislado a Irán, el principal financista del terrorismo internacional.
Más importante aún, es el primer presidente en décadas de no emprender una nueva guerra. Ha prometido ponerle fin a las guerras interminables de EE. UU.. Esta postura le ha costado enormemente. La burocracia federal, desde las comunidades de inteligencia y justicia, y el Departamento de Estado, ha conspirado acérrimamente contra Trump, atropellando la Constitución y el estado de Derecho en proceso. La reelección de Trump permitiría continuar con la depuración de funcionarios que creen que ellos, y no los representantes electos por el pueblo votante, son los que deberían manejar el Gobierno.
1. Datos del Buró del Censo. https://www.census.gov/newsroom/press-releases/2020/income-poverty.html
* Director Ejecutivo del Centro de Estudios Económicos y Sociales (CEES)