Javier Falcón, de 37 años, fue condenado a 30 años de cárcel. Además, firmó un documento para entregar US$5 millones de las ganancias ilícitas de la venta de droga y, en vista de que no aparece en los registros del Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos, dejó sospechas abiertas sobre que sea un testigo protegido de la justicia, según Univisión.
A su llegada a Estados Unidos hace más de 20 años, Falcón comenzó trabajando como albañil, pero cuando obtuvo la residencia permanente (green card) su vida cambió porque podría retornar a México y visitar a su familia.
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Pero al parecer tanta ida y vuelta hacia Coahuila le permitió otras actividades. Falcón comandó una célula que recibía droga y entregaba en Texas, Florida, Carolina del Norte, Arkansas, Illinois y Michigan.
De allí que el Departamento de Justicia estima que Falcón amasó US$5 millones que son justamente los que se comprometió a devolver.
Sus ganancias se convertían en relojes llamativos, armas exóticas, un collar con dije en forma de gallo con joyas incrustadas, autos y calzado de lujo.
En febrero de 2019 Falcón fue detenido en una carretera de Tennessee cuando viajaba en un vehículo con su pareja, dos hijos y un conductor. Esa ocasión los agentes antinarcóticos le encontraron nueve kilos de cocaína y el piloto lo delató como el líder de la estructura.
“Él es un peligro para la comunidad, no solo por las actividades por las cuales ha sido acusado, que son -de hecho- peligrosas, sino porque él tiene una víctima identificada en este caso… Es un individuo que responde a situaciones estresantes con violencia”, dijo en la etapa inicial del proceso el fiscal Jonathan Hornok.