La historia comienza en la ciudad de Nazaret, en lo que hoy es Israel. Allí vivía una pareja, María y José. El emperador romano Augusto ordenó hacer un censo para contar la población de todos los territorios bajo su dominio: cada uno debía inscribirse en el lugar donde había nacido.
Para María y José eso suponía un problema: tenían que trasladarse más de cien kilómetros hasta Belén. En esos tiempos y con María embarazada era un viaje duro, de varios días.
Cuando finalmente llegaron, no había lugar para alojarse y era invierno. María estaba a punto de dar a luz a su hijo. Pero lo único que encontraron para pasar la noche resguardados del frío fue un establo, junto a un burro, un buey y ovejas. Para el niño armaron una cuna con la paja que servía de alimento a los animales. De ahí surgió la tradición de armar en Navidad un pesebre, como seguramente has visto.
Algunos pastores de la región pasaron un gran susto la noche del nacimiento de Jesús: se les apareció un ángel enviado por Dios, cuenta la Biblia. Este ángel les dijo que había nacido un mesías y les explicó dónde lo podían encontrar. El mesías es una especie de rey enviado por el cielo, alguien que puede salvar al mundo de sus males, según la tradición religiosa.
Los pastores fueron al establo y contaron a María y José lo que les había dicho el ángel. Del nacimiento del niño que es enviado por Dios se enteraron también tres reyes, que viajaron con regalos para Jesús hasta el establo guiados por una estrella brillante que les indicaba el camino: eran los Reyes Magos.
Por ello se celebra en muchos países unos días más tarde, el 6 de enero, el día de los Reyes Magos, en el que los niños reciben regalos, como Jesús.
Muchas versiones de la historia terminan aquí. Pero la Biblia cuenta también que Jesús corría un grave peligro. El rey Herodes, que gobernaba en esa región, había escuchado que había nacido un mesías.
Como temía que le quitara el poder, ordenó matarlo. Pero mientras dormía, a José se le apareció un ángel que le advirtió del peligro.
Por ello María y José huyeron con el niño a Egipto. Y no regresaron a Israel hasta después de la muerte de Herodes.